Este año la crisis tocará fondo y el próximo será de “rebote”. Gracias a una mejora en los precios de commodities agropecuarias y de mayor inversión privada, el país pasará a la delantera regional, evalúa el BBVA
“Luego de un inicio del año complicado, las condiciones externas y domésticas parecen ir mejorando en la mayoría de los países de América Latina. A pesar de que la actividad en la región aún se ve débil, se avizora una cierta recuperación del crecimiento, especialmente hacia la segunda parte de este año”, evalúa un informe de los economistas de la Unidad América Latina del banco global BBVA.
El año 2016 aún será de ajuste, con una caída de la actividad (-0,9%), que encadenará así cinco años de desaceleración y tres de crecimiento por debajo de los países de la OCDE, algo que no se veía desde el inicio de este siglo, recuerda el informe. Con todo, la segunda mitad de este año ya puede ver un mayor dinamismo, con lo que “la desaceleración regional tocaría fondo este año”, afirma. El crecimiento puede ser de 1,8% en 2017, aún menor que el de la OCDE y que el potencial de la región (más cercano a 3%), pero marcará un punto de inflexión, apoyado en el sector externo en general y en la inversión pública y privada en países como Argentina, Perú y Colombia, destaca.
Argentina crecerá en 2017
Por supuesto, “tendremos mucha heterogeneidad en la región, con los países de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) sosteniendo un crecimiento promedio alrededor del 2,7% en 2016-17, frente a la recesión en Brasil y Argentina este año. Ya en 2017 serán Perú, Argentina, Colombia y Paraguay los países que más crezcan en América Latina”, asegura el estudio difundido en las últimas horas por la entidad financiera.
Por el lado de la inflación, “las noticias han sido positivas en la mayoría de países. Aunque ésta aún se mantiene por encima de los objetivos de los bancos centrales (con la excepción de México, Paraguay y recientemente en Perú) ha venido disminuyendo en los últimos meses por una menor presión de los tipos de cambio. La excepción han sido Colombia, Argentina y Uruguay, si bien en los dos primeros empezaría a reducirse en los próximos meses”, evalúan los expertos.
Por supuesto, la dinámica de la inflación condiciona la respuesta de los bancos centrales de América Latina. En Sudamérica, frente a una inflación en retroceso y con ciclos de actividad aún débiles, muchos de ellos han optado por mantener los tipos de interés inalterados en los últimos meses y, en el caso de Chile y Brasil, los técnicos del BBVA anticipan alguna próxima baja de tipos de interés. Por el contrario, Colombia aún tendrá que mantener una política monetaria contractiva durante unos meses, y durante más tiempo en el caso de Argentina y Uruguay. El caso de México es ligeramente diferente pues reaccionó rápidamente frente a la depreciación del tipo de cambio generada por la volatilidad alrededor del brexit, para prevenir el traspaso a la inflación. Hacia adelante, muy probablemente sincronizará futuros aumentos de los tipos de interés con los de la Reserva Federal, para minimizar episodios adicionales de volatilidad en los mercados.
Mayor inversión, también en Argentina
Tomando esto en consideración, “las previsiones de crecimiento para la región en los próximos dos años se mantienen prácticamente inalteradas”, consideran los expertos de la entidad. “Después de la leve contracción de la actividad económica en la región en 2015 (-0,3%), esperamos que este año la actividad vuelva a contraerse (-0,9%).
De esta forma, la región culminará este año con un período de desaceleración iniciado en 2012, encadenando tres años (2014-2016) de crecimiento por debajo del de la OCDE, algo que no sucedía desde inicios de los años 2000”, precisa el equipo técnico del BBVA. “Con todo, se empieza a atisbar una cierta recuperación del crecimiento en algunos países, especialmente hacia la segunda parte de este año, al tiempo que la recesión en Brasil empieza a dejarse atrás”, agregan.
Así, prevén que la desaceleración de América Latina tocará fondo en 2016, abriendo paso a un crecimiento ya positivo en 2017, de 1,8%. Esta alza en 2017 se apoyaría tanto en un mayor dinamismo del sector externo -que podrá beneficiarse de las fuertes depreciaciones pasadas del tipo de cambio y el gradual aumento de precio de las materias primas- como en el aumento de la inversión, tanto pública como privada, en países como Argentina, Perú y Colombia, destacan.
En cualquier caso, será aún un crecimiento lento tanto con relación al de los países desarrollados (aún estará por debajo del crecimiento de la OCDE) como con respecto al potencial de la región, más cercano a tres por ciento.
Por supuesto, el crecimiento por países está marcado por una fuerte heterogeneidad, se advierte. Por un lado, las economías andinas (Perú, Colombia y Chile) continúan en un proceso de ajuste en orden a las nuevas condiciones externas menos favorables, que supusieron una fuerte caída de los ingresos por exportaciones. Asimismo, México también mantiene un moderado dinamismo, encadenado al aún débil ciclo industrial en EEUU. Por el otro lado, la baja confianza sigue pesando sobre la actividad económica en Brasil aunque algunas incertidumbres se van despejando. Y, en el caso de Argentina, “el proceso de reequilibrio macroeconómico ha pesado más de lo anticipado sobre la evolución de la actividad en lo que va de 2016”, evalúa críticamente el equipo de economistas de la entidad financiera internacional.