El nivel de facturación mejoró en julio y agosto pasados en los comercios franquiciados y se desaceleró así el cierre definitivo de puntos de venta y pérdidas de empleo respecto al trimestre de abril-junio, según destacó ayer la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF).
Mediante un relevamiento, la entidad indicó que “la caída de la facturación en el bimestre julio-agosto fue de 48% respecto de lo esperable para esta época del año”, y puntualizó que se trató de “una mejora respecto de la caída de 66% registrada entre abril y junio -aunque sigue siendo extremadamente bajo-“.
Las contracciones más fuertes se mantuvieron en gastronomía, con 59%, pero con grandes variaciones según tipo de comercio: derrumbes de 80% en restaurantes, de 70% en cafeterías y de entre 30% y 40% en heladerías y pizzerías.
Según se detalló, en julio y agosto bajó sus persianas definitivamente 1,2% de los puntos de venta, porcentual que, proyectado al total del universo de las franquicias, representa unos 360 comercios, frente al 14% que se cerró en el trimestre abril-junio -unos 4.200 comercios-.
En este contexto, se perdió 2,8% de los empleos directos en julio y agosto, mientras que entre abril y junio la baja fue de 15%; según la entidad, “se ve con claridad cómo se atenuó la caída, que parece estar llegando a un punto de equilibrio”.
En simultáneo, se abrieron nuevas franquicias en porcentaje de 3,6% -equivalente a unos 780 puntos de venta-, las cuales, en su mayoría, no son formatos clásicos sino modalidades adaptadas a la nueva normalidad, como las tiendas fantasma, versiones bajo costo de tiendas tradicionales, plataformas en línea y versiones de menor inversión y necesidad de espacio físico a la calle.
“La dinámica y flexibilidad del sistema de franquicias permitió evitar el cierre definitivo de un 1% adicional de puntos de venta”, detalló el informe y concluyó: “Esto significa que se salvaron de cerrar unos 300 comercios”.