El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) consideró que la reforma tributaria propuesta por el Gobierno nacional “está acotada al escaso margen fiscal disponible, por lo que se presenta gradual y de baja intensidad en su impacto sobre la presión fiscal total”.
De todas formas, la entidad estimó que “es esperable que las subas, bajas y/o nuevas imposiciones que se pretendan incorporar, generen un fuerte debate en el Congreso por sus potenciales implicancias económicas sectoriales y regionales”.
La entidad que encabeza el economista Nadin Argañaraz realizó un primer análisis conforme los lineamientos principales presentados por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
En ese plazo, el documento señaló que la principal característica de la reforma es el gradualismo.
“La propuesta se anticipa modesta en lo que respecta a la reducción de presión tributaria efectiva global”.
En ese marco, el Iaraf indicó que la estrategia apuntó a priorizar la “prudencia fiscal”.
El paper analiza la situación en función de una serie de supuestos macroeconómicos, en parte explicitados ya por el Gobierno y que tienen que ver con un sendero de reducción del déficit y un crecimiento económico sostenido.
Dentro del análisis respecto al impacto fiscal de la medida, el documento reservó un párrafo aparte para la situación de las provincias.
En ese sentido, recordó que “hay que tener en cuenta que, por la vía de la coparticipación federal, aproximadamente la mitad del costo fiscal del proyecto (1,5 puntos del PBI) la tienen que financiar los niveles subnacionales, es decir provincias y municipios. Por lo tanto, cualquier esfuerzo adicional que se requiera a los fiscos subnacionales (como por ejemplo reducción de Ingresos Brutos o tasas municipales asimilables al mismo) deberá tener en cuenta que el costo fiscal será el resultado de una sumatoria con lo que ya deben afrontar por una menor coparticipación de impuestos nacionales”.
“Para ilustrar numéricamente con un ejemplo, si se les solicitara una reforma de la misma magnitud que la del Gobierno nacional, es decir, con un costo fiscal del 1,5 por ciento del PIB; deberán considerar que el impacto efectivo directo para el consolidado subnacional terminará siendo del 2,2 por ciento del PIB (1,5 por ciento + 0,7 por ciento). En efecto, va a ser ardua la discusión en el Congreso con relación a los recursos que resigne cada nivel de gobierno para darle viabilidad a la reforma”.
El Iaraf consideró clave que la baja en determinados tributos no termine por generar subas en otros, en este caso en provincias o municipios, impactados por una caída en los fondos distribuidos por la Nación en impuestos coparticipables impactados por la reforma fiscal.