El oficialismo tiene optimismo en aprobar el presupuesto en la madrugada del miércoles, como lo habían previsto. Para lograrlo, contarían con el voto de todos los diputados de la alianza gobernante, más bloques que responden a gobernadores y, también, de parte del radicalismo.
En caso de que la UCR se pronuncie de manera afirmativa, el dictamen de mayoría en general podría alcanzar alrededor de 170 votos. Pero aún hay puntos controversiales, el oficialismo no está consiguiendo los votos necesarios para aprobar los artículos sobre la eliminación de la exención del pago de Ganancias al Poder Judicial, rechazado por casi toda la oposición.
Los artículos referidos a las alícuotas de los Derechos de Exportación también generan controversia, ya que los bloques opositores más importantes desean fijar clausulas que impidan futuros aumentos.
Más allá de estas eventuales modificaciones al texto original, el Gobierno decidió mantener el espíritu del proyecto, con una proyección de crecimiento del 2 por ciento del PBI, un déficit del 1,9%, un dólar promedio de 219 pesos y una inflación promedio del 60% para 2023.
En la apertura del debate, en donde terminarán disertando un centenar de legisladores, el diputado oficialista Carlos Heller destacó que el Presupuesto 2023 busca ordenar las cuentas fiscales, pero asimismo “está orientado a la inversión en infraestructura, a fortalecer el sistema de salud, la educación en todos los niveles, la extensión de las becas, la ciencia e innovación y el fomento del empleo”.
Además, señalo que la desaceleración de la inflación presente en el proyecto es factible que se cumpla. Sobre esto marcó la importancia de que sea “gradual” ya que las experiencias anteriores de “shock antinflacionario” fueron perjudiciales para la producción y además no lograron su cometido.