La alta inflación enciende las alarmas de los inquilinos. La ley correspondiente sigue sin debatirse y el tiempo apremia a los que ven cómo la vivienda representa una proporción cada vez mayor de sus ingresos
Desde antes de su sanción hubo algunos economistas que se encargaron de alertar sobre los efectos nocivos que tendría la vigente Ley de Alquileres. Pese al lobby con el que se trató de instalar en los medios que iba a ser beneficiosa para los inquilinos, la alta inflación y la caída del salario real generaron un combo perjudicial para los que no disponen de casa propia.
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