El presidente presentó el proyecto de Presupuesto 2025 con un mensaje claro:
“No importa cuál sea el resultado económico, el resultado fiscal está asegurado”. El déficit cero pasa a convertirse en dogma, profundizando así el modelo de gestión.
Esta frase, llena de sentido común, representa un cambio muy significativo contrastando con la historia argentina en general. Sin déficit la deuda es sustentable y se termina la inflación, con deuda sustentable el crédito se vuelve menos oneroso (baja el riesgo país) y sin inflación hay proyección económica; la suma de ambas condiciones genera más inversiones y estas hacen crecer a la economía en su conjunto elevando los salarios, disminuyendo la pobreza y la indigencia. Esta es la secuencia virtuosa que desea el gobierno.
Sin embargo ¿Es posible ejecutar la política económica del oficialismo? ¿Aguanta socialmente?. ¿Genera el andamiaje electoral para ser reelecto? Lo cierto es que, pese a los logros, se convive con una macro incierta.
Muchas opiniones calificadas, realizan constantemente advertencias al respecto. El contexto sirve para ver en desde dónde empezó el Gobierno, dónde está la macro hoy y cuáles son las dudas en lo que viene, para luego tomar decisiones en las
finanzas personales.
Los hitos del gobierno frente a todo pronóstico:
- Se planteaba que no se podía ajustar en 5% del PBI para llegar al déficit cero, hoy tenemos superávit primario.
- Que no se podía sanear el Banco Central y su déficit cuasifiscal de 10% del PBI sin un corralito o un plan BONEX. Se lo saneó sin vulnerar ningún derecho de propiedad, lo que no quita que se licuaron ahorros pagando tasas menores que la inflación para reducir la incidencia de los pasivos remunerados.
- Que no se podía bajar la inflación, pero la misma pasó del 25,5% en diciembre 2023 a 4,2% en agosto.
- Que no podrían generar gobernabilidad tanto en la calle como en el Congreso. Sin embargo, se logró aprobar la Ley Bases, evitar que el Congreso derogue el DNU y que valide un veto que afectaba al equilibrio presupuestario.
Con todo, la macro aún es incierta. ¿Cómo impacta en las finanzas personales?
El riesgo país permanece elevado en valores cercanos a 1.400 puntos, no hay acuerdo con el FMI, el Central no logra acumular reservas y no está claro cuándo y de qué manera se va a salir del cepo cambiario. Todos estos temas son las grandes interrogantes que el oficialismo puso en segundo plano.
El primero disminuirá en la medida que la economía crezca y el déficit cero se mantenga. El segundo puede esperar mientras no sea necesario cancelar capital, el tercero pasa por la demanda genuina de moneda local y el cuarto se aplicará cuando no exista más inflación.
Entonces, esta última se convierte en el centro de la discusión ¿Cómo se logra que la misma baje a 0, cuando llevamos cuatro meses en torno al 4%? En principio, siguiendo con las medidas tomadas hasta ahora: no tener déficit significa no emitir dinero, para no tener déficit, el ajuste realizado debe ser sustentable y nada más sustentable para el fisco que dejar de subsidiar servicios públicos, pese a que esto impacta de lleno en los precios regulados subiendo momentáneamente la inflación.
Por otro lado, la baja del impuesto PAIS sin devaluar genera una caída en el precio de los bienes que se comercializan internacionalmente, generando un impacto positivo en la baja de precios. La constancia y consistencia temporal de las medidas afecta las expectativas y finalmente los precios ceden terreno.
A nuestro entender, la inflación tiene un largo camino por delante para llegar a 0 y en ese contexto recomendamos tomar posiciones en instrumentos ajustados por la misma, el TX26 del Gobierno nacional, con vencimiento el 9/11/2026, rinde 7,9% al año en términos reales.
La dinámica inflacionaria trae por su parte dudas sobre cómo se resuelve el cepo cambiario ¿Es posible unificar el tipo de cambio logrando que el dólar financiero de $1.217,5 converja a un oficial que hoy vale 961 y se devalúa al 2% mensual? ¿Se atrasa el tipo de cambio, sigue siendo competitivo?
Devaluar genera competitividad abaratando el costo de la mano de obra, costo que vuelve a ajustarse cuando el impacto en inflación estimula paritarias y se cierra el círculo en el mismo lugar de partida. De allí que el oficialismo sostiene que la verdadera competitividad viene de sacar impuestos y eliminar burocracia.
Todo parece traducirse a un problema de plazos, por un lado, el Gobierno relajó el cepo de la economía real adelantando los plazos para importar a 30 y 60 días y redujo el impuesto PAIS bajando el piso del dólar financiero. Por el otro, la desburocratización del Estado, cambios de régimen laboral, etc y su impacto en la competitividad.
Entonces, si los plazos son correctos en algún momento del año próximo no debería haber más cepo, pero si la dinámica se complica existe riesgo de que se resuelva con una unificación directa devaluando un 26,7%.
Es recomendable entonces tomar cobertura con el mercado de dólar futuro del ROFEX, sobre todo si esa cobertura respalda la adquisición de capital de trabajo. Para ponerlo en números comprar seguro de precio sobre el dólar oficial con vigencia hasta el 31/10/2024 cuesta 1.010,5 y al 29/11/2024 1.044,0 (un 5,8% y 9,6% respectivamente más que el oficial de hoy 961 y muy en línea con la inflación esperada para dicho periodo).
La economía no es matemática, es una ciencia social que, en esta coyuntura, incluye una alta incertidumbre. Lo positivo es que siempre se puede contar con el mercado de capitales, para cubrirnos de dicha incertidumbre e invertir de la manera más eficiente posible.
(*) Jefe de Mesa de Trading Argentina Valores SA