ESCUCHARLo señala un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), que compara la presión impositiva en relación con el PIB en los años 2004 y 2014.
Tres de cada cuatro pesos del crecimiento de la recaudación quedó en manos del Gobierno nacional, advirtió un informe privado.
“Los argentinos nunca pagaron tantos impuestos como en la actualidad”, señala el trabajo difundido el domingo por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), que subrayó que “3 de cada 4 pesos del crecimiento de la recaudación fue apropiado por el Gobierno Nacional”.
Para los autores del trabajo, se trata de un “descomunal” aumento de la concentración de recursos en el Gobierno federal, que tiene “fuertes” influencias sobre el funcionamiento del sector público y en la dinámica de la política, alertó el estudio.
En ese sentido, resaltó que “nunca se pagaron tantos impuestos, pero los servicios públicos no mejoran y en muchos casos se deterioran”. Sobre las causas de este fenómeno, el texto concluye que ello sucede porque “los recursos están centralizados en el nivel nacional, pero las responsabilidades por la gestión están descentralizadas en los gobiernos locales”.
Evolución de la recaudación
Idesa llevó a cabo su análisis tomando datos oficiales, a partir de lo cual detectó que entre 2004 y 2014 la recaudación de impuestos nacionales pasó de 18% a 26% del producto interno bruto (PIB), es decir que tuvo un incremento de 8 puntos porcentuales del PIB. A su vez, de ese aumento de la recaudación impositiva, sólo 27% -es decir 2 puntos porcentuales- se distribuyeron de manera automática entre las provincias.
Así, el restante 73% -o bien, 6 puntos porcentuales del PIB- que aumentó la recaudación de impuestos nacionales fue “apropiado” por el Gobierno nacional, sostuvo el estudio.
Buscar la benevolencia
A la hora de interpretar este fenómeno, los autores del informe sostienen que “la centralización de recursos fiscales desvirtúa los mecanismos de participación política”. En tal sentido -ya en el terreno de las especulaciones políticas, aseguran que “el éxito de un gobernador o intendente depende menos de su idoneidad y honestidad que de su capacidad para congraciarse con los funcionarios del Gobierno nacional”. Por ello – agregan-, “en lugar de exigir una distribución más equitativa de los recursos fiscales las dirigencias provinciales optan por el camino más cómodo de confiar en la benevolencia del Gobierno nacional más que en las propias capacidades”, concluye.
