Pasó de “B2” a “Caa2” la calificación de emisor, y también de la deuda a escala global, arrastrada por la baja que impactó en el Gobierno nacional. La decisión podría incidir en las condiciones para la obtención de créditos foráneos que gestiona la Provincia de Córdoba para sostener la obra pública. Hay en juego unos US$400 millones
Por Alfredo Flury – [email protected]
La decisión de Moody’s Investors Service de bajar las calificaciones de emisor y de deuda en escala global de provincias, municipios y empresas argentinas golpeará particularmente la Provincia de Córdoba en lo relativo a las diferentes gestiones que realiza para la obtención de créditos por unos 400 millones de dólares.
Es que, a diferencia de otros Estados subnacionales, la administración de Juan Schiaretti está en plena tarea de gestionar nuevos recursos para tratar de sostener el plan de obras en marcha que, en rigor, sufrió una drástica desaceleración en los últimos meses porque se transformó en variable de ajuste frente a la necesidad de acotar los gastos en medio de la crisis.
Efectivamente, en un contexto marcado por la restricción externa para colocar títulos de deuda en el mercado, por el riesgo país por encima de los 2.500 puntos, y ahora con una menor calificación como emisora, Córdoba había apostado a fondearse por vías alternativas, concretamente fondos de inversión y bancos privados, además de créditos de organismos multilaterales.
Esas gestiones están, en la mayoría de los casos, muy avanzadas, prácticamente concretadas, según el propio Gobierno provincial se encargó de difundir hace apenas días, por ejemplo un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 66,08 millones de dólares, o 60 millones de euros del Deutsche Bank para la construcción de la nueva Maternidad.
Sin embargo, según los datos de la deuda provincial al 30 de junio pasado, ninguno de esos créditos aparecía reflejado aún.
Los únicos nuevos que en rigor se asentaron ya en el primer trimestre eran el del Deutsche Bank y del BBVA, por un total de 20,79 millones de euros.
El resto no figura aún porque, al menos hasta el 30 de junio, no estaban desembolsados.
Fuentes del Ejecutivo consultadas por Comercio y Justicia relativizaron el impacto de la baja de la calificación de Moody’s. “Son gestiones que tienen más que ver con cuestiones institucionales. La menor calificación sí impacta, por ejemplo, si quisiéremos salir al mercado a tomar deuda”, explicó la fuente. Sin embargo, admitió que todo el combo -que incluye, además de la baja en la nota, el deterioro de las variables macroeconómicas del país y la endeblez financiera- sí puede complicar al menos las condiciones en que podría tomarse la deuda, particularmente la tasa de interés o bien directamente la posibilidad de frenar un posible desembolso.
La apuesta por esos fondos es importante porque, de hecho, es prácticamente la única vía de financiamiento para continuar con el plan de obras.
En ese marco, el 24 de julio pasado el Gobierno provincial oficializó la toma de un crédito de 66,08 millones de dólares del BID, que se destinará a financiar obras de saneamiento en diferentes puntos de la provincia, incluida la capital.
Deberá cancelarse en un plazo de “quince años desde la primera transferencia, anticipo o certificado de obra, en dólares estadounidenses, con un plazo de gracia de tres (3) años desde la primera transferencia, anticipo o certificado de obra, una tasa de interés Libor por seis (6) meses más margen de 1,35% de amortización semestral, garantizado mediante los recursos provenientes de la Coparticipación Federal de Impuestos”, señaló el decreto firmado por el gobernador Juan Schiaretti. La tasa, en la práctica, se ubica por debajo de cinco por ciento anual, según aparece reflejado en los considerandos de la normativa, “condiciones financieras aconsejables a ser empleadas para la financiación de obras de infraestructura social…”, indica el decreto.
El pago del crédito, según consta en el anexo adjunto a aquél, se concretará en 24 cuotas semestrales, tanto el capital como el interés, en la moneda de origen, o sea, dólares.
A ese crédito se suman otros, de Kuwait y de Abu Dhabi, además de un crédito del Fondo para el Desarrollo Internacional (OFID), subsidiaria de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Mientras, ultima los detalles de un desembolso de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
El combo, incluido el crédito del BID oficializado a fines de julio, superará 300 millones de dólares.
Pero además, a principios de ese mes Schiaretti obtuvo 60 millones de euros del Deutsche Bank para la construcción de la nueva Maternidad Provincial, gestión que hizo en su viaje a Madrid, España.
En definitiva, son casi 400 millones de dólares. El cambio de condiciones del país sumado ahora a la baja en la nota como emisor, seguramente incidirán en una alteración en las condiciones para obtener esos fondos, a la vez que demorará su gestión.
La decisión de Moody’s
Respecto a la determinación de la agencia tomada sobre el conjunto de subsoberanos, se deriva de la baja de las calificaciones a Caa2 desde B2 correspondiente a los bonos soberanos de Argentina en moneda local y extranjera, anunciada el 30 de agosto pasado.
La acción refleja “las muy fuertes interrelaciones económicas y financieras existentes entre el gobierno de Argentina y los subsoberanos argentinos”.
Moody’s considera que la “calidad crediticia de los subsoberanos de Argentina se verá afectada negativamente por el aumento de riesgos sistémicos significativos derivados del soberano. Para el resto de 2019, Moody’s espera que los subsoberanos vean deterioradas su calidad crediticia como resultado de restricciones en el acceso a los mercados, presiones cambiarias, mayores costos financieros e inflación persistentemente alta. Como consecuencia, la posición de liquidez y flexibilidad fiscal de los subsoberanos en Argentina se deteriorará notablemente, al mismo tiempo que se incrementará su carga por servicios de deuda”.
Asimismo, la agencia “espera que el período de revisión se extienda más allá del horizonte habitual de tres meses. La revisión se centrará en la formulación de políticas del soberano en el contexto actual de volatilidad del mercado. Además, la revisión se centrará en las presiones de liquidez específicas y la fortaleza fiscal de los subsoberanos en medio de la contracción económica y las presiones inflacionarias esperadas”.
La decisión de Moody’s afectó, además de Córdoba, las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Chaco, Chubut, Río Negro y Tierra del Fuego.
También a Mestre
En cuanto a los municipios, la baja impactó en Córdoba. La administración de Ramón Mestre también recibió una rebaja en la calificación de emisor y de deuda en moneda extranjera a Caa2 desde B2 (escala global). Se colocaron las calificaciones en revisión para la baja.
De cualquier manera, hoy la Municipalidad de Córdoba no tiene en carpeta la gestión de ningún crédito externo, mucho menos una posible salida al mercado para colocar deuda, como sí lo hizo dos años atrás con un bono por 150 millones de dólares. De hecho, la gestión de Ramón Mestre sí se caracterizó por utilizar para fondearse el mercado doméstico a partir de colocaciones de corto plazo en pesos vía Letras del Tesoro.
La decisión de Moody´s de reducir la nota a Córdoba también recayó sobre la ciudad de Buenos Aires.
Finalmente, respecto a una posible revisión, “dadas las fuertes interrelaciones macroeconómicas y financieras entre el gobierno de Argentina y los subsoberanos, una baja en las calificaciones de los bonos soberanos de Argentina y/o un mayor deterioro del riesgo sistémico podrían ejercer presión a la baja en las calificaciones. Alternativamente, el aumento de los riesgos idiosincráticos podría traducirse en una baja.
Moody’s no espera presiones al alza en los subsoberanos calificados de Argentina en el corto a mediano plazo”.
EPEC, Arcor y Naranja
Por lo demás, la decisión de la calificadora también golpeó empresas, entre ellas EPEC, Arcor y Naranja.
En el caso de la compañía eléctrica, resolvió bajar la calificación de “familia corporativa a Caa2/B1.ar desde B2/A1.ar”. En ese marco, las calificaciones senior garantizadas de bonos argentinos por 565 millones de dólares y calificaciones B2/A1.ar de ON senior garantizadas por 100 millones de dólares fueron bajadas a Caa2/B1.ar desde B2/A1.ar.
Las notas fueron colocadas en revisión para una baja, y la perspectiva, “cambiada a calificaciones en revisión desde negativa”, indicó Moody’s.
Respecto a Arcor, la calificación de obligaciones negociables senior no garantizadas en escala global y nacional bajada a B3/A3.ar desde Ba3/Aa1.ar. Al mismo tiempo, Moody’s Investors Service bajó a B3 desde Ba3 la calificación de familia corporativa y de las obligaciones negociables globales senior no garantizadas en escala global. Todas las calificaciones fueron colocadas en revisión para la baja”.
Finalmente, en el caso de Naranja, las deudas fueron bajadas y colocadas en revisión para la baja. En el caso de la deuda senior en moneda extranjera a Caa2 desde B2; en paralelo, la calificación global de familia corporativa de largo plazo pasó a Caa2 desde B2. Por último, al igual que el resto, la perspectiva fue puesta “en revisión para la baja desde negativa”.
La decisión de la agencia golpeó también a bancos y compañías de seguros, entre otros.