Firmó el decreto correspondiente. Será por 180 días y sucede a otras disposiciones similares tomadas desde 2014 aunque luego discontinuadas. Es por la situación de la planta
La Municipalidad de Córdoba declaró la emergencia ambiental de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Bajo Grande.
La decisión, que aparece reflejada en el decreto 1292, firmado por el intendente Ramón Mestre el día 24 pasado, es por 180 días.
Se conoce horas después de las reiteradas denuncias de empleados de esa dependencia relativas a volcamiento de efluentes al río Suquía sin mayor tratamiento, situación que motivó incluso la toma de muestras por Policía Ambiental.
La declaración de emergencia no es nueva para Bajo Grande. El propio Mestre la dispuso por primera vez el 5 de agosto de 2014, tras lo cual fue prorrogada sucesivamente.
Sin embargo, hoy no estaba vigente, al menos hasta ahora, cuando el municipio resolvió volver a declararla.
“Existen condiciones de vulnerabilidad amb iental que requieren de una especial atención”, reveló anoche a Comercio y Justicia el subsecretario de Ambiente, Sebastián Roca, quien -sin embargo- negó que se vuelquen líquidos sin tratamiento alguno al río, tal como denunciaron los empleados y como se difundió ayer en un análisis salido desde el propio laboratorio de la planta, que Roca relativizó.
El funcionario recordó que, mediante la declaración de emergencia, se avanza en un plan de mitigación mientras se concretan otras obras de fondo necesarias en la estación depuradora de líquidos cloacales contigua que construirán la Provincia y la Nación, cuyo costo final rondará 1.300 millones de pesos.
El subsecretario de Ambiente admitió que “hay un problema” en la planta producto de una infraestructura que debe mantenerse de manera periódica.
En ese marco, recordó que ya se invirtieron 130 millones de pesos en un nuevo equipo dosificador de cloro, en una bomba con capacidad para 4.500 m3/hora (la mitad de la capacidad de la planta), y en la reparación y mantenimiento de uno de los seis percoladores y sus respectivos brazos.
“Ahora estamos invirtiendo otros 213 millones de pesos”, completó, y dijo que esa erogación incluye los otros cinco percoladores, entre otros puntos.
Las denuncias por vertido de líquidos sin tratar o con tratamiento deficiente, a las aguas del Suquía, han sido periódicas en los últimos años.