Pese a la recuperación del nivel de actividad y de consumo, así como a la mejoría en el desempeño exportador del país, las inversiones aún no alcanzan el nivel necesario y los empresarios apuntan tanto a la economía como a la política. Uno de los elementos consignados por los dirigentes del sector fabril es el incremento de los costos laborales, los cuales, medidos en dólares, subieron casi 10% en la primera mitad de 2010.
De acuerdo con el último informe de Sel Consultores -uno de los centros privados más respetados en lo que hace al estudio de las cuestiones sociales y productivas-, durante el segundo trimestre del año se sucedieron una serie de fenómenos que influyeron sobre los costos laborales en las fábricas locales: el salario industrial por hora trabajada creció 23%, la productividad sólo aumentó 2,4% y el tipo de cambio del dólar se incrementó 5,6%.
Estos movimientos determinaron que la primera mitad de 2010 terminara con una suba del costo laboral en dólares de casi 10%, profundizándose así una tendencia a la suba de varios años: con respecto a 2007 el alza es de 30%, y de 18% con respecto a mediados de 2009.
Frente a este panorama, la consultora reiteró una pregunta que resuena hace varios meses, desde antes de la crisis internacional, tanto en ámbitos privados como públicos: si la competividad industrial debe descansar principalmente en la evolución del tipo de cambio -de Argentina y de sus socios comerciales- o en las ganancias en productividad.