ESCUCHARPese al optimismo del anuncio, el Gobierno debió recurrir a una mezcla de recursos obtenidos de distintos prestamistas. parte del pago se hizo con fondos del swap con China, que el Gobierno computa dentro de las reservas internacionales del país
El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que ayer se hizo efectivo un pago de US$2.700 millones al Fondo Monetario en yuanes y con recursos aportados por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), «sin usar un sólo dólar de las reservas», a pesar de que el intercambio de monedas con China computa formalmente como si fuese parte de ellas.
Además, anticipó que el acuerdo con el FMI anunciado el viernes último permitirá a la Argentina acceder a US$7.500 millones entre el 17 y el 21 de agosto, además de un segundo desembolso, en noviembre. De ese modo el ministro intentó despejar las dudas que asoman respecto al futuro del Gobierno.
En un mensaje que brindó por redes sociales para referirse al acuerdo, Massa afirmó que, si bien «había incertidumbre sobre los pagos que la Argentina debe realizar este lunes”, quería “llevar tranquilidad: no vamos a usar un solo dólar de las reservas para pagar el vencimiento».
En ese sentido, recordó que el viernes último, a partir de un acuerdo con la CAF -aprobado por todos los países miembros de ese banco, menos Perú- se autorizó un desembolso de US$1.000 millones y detalló que a partir de este lunes, el Banco del Pueblo de China decidió ampliar el uso del segundo tramo del swap, lo que permite «que los US$1.700 millones adicionales para completar el pago de US$2.700 millones se realice en yuanes, directamente desde la cuenta del segundo tramo del swap, al FMI».
«De esta manera protegemos las reservas en un año en el que al peor problema que representa la herencia de la deuda con el fondo, se agregó la peor sequía de la historia», resaltó.
Asimismo subrayó: «Nuestro desafío es seguir cuidando las reservas y mantener el nivel de actividad y las importaciones de bienes intermedios y bienes terminados, que son claves para el funcionamiento de la economía argentina» y enfatizó: «Nuestra responsabilidad, más allá de aquellos que intentaron que a la Argentina no le aprobaran operaciones, es garantizar el normal funcionamiento de la economía dentro de las restricciones que impone la deuda con el FMI y la sequía».
En este marco, el jefe del Palacio de Hacienda consideró que el acuerdo con el FMI que se firmó en 2018 «es probablemente la peor herencia del Gobierno anterior, porque se trata de una deuda que no está en rutas ni escuelas ni hospitales, ni en ninguna mejora para las empresas o para las familias argentinas».
«Terminó siendo un programa que solo sirvió para financiar fuga de capitales allá por 2018. Pero la Argentina debe convivir con ese acuerdo y debe resolverlo hasta tanto pueda pagarlo y transformarse en un país soberano», afirmó. Paradójicamente, la deuda tomada en yuanes se utilizó para pagar obligaciones al exterior, que sería considerado una “fuga” en otros contextos históricos bajo sus mismos parámetros.
Más vencimientos
Pese a la euforia, la próxima factura, de US$830 millones, ya está en camino y el equipo económico del Gobierno trabaja en mecanismos para afrontarla. Las demoras en las negociaciones entre Argentina y el FMI postergaron el ingreso de los US$7.500 millones de desembolsos acordados, por lo que el equipo económico del Gobierno busca resolver cómo hará frente al próximo pago sin esos recursos frescos que esperaba.
Este viernes 4, Argentina debería desembolsar unos US$830 millones al FMI en concepto de intereses. Ante la imposibilidad de afrontar ese pago con los propios desembolsos del fondo de manera inmediata, fuentes del equipo económico del Gobierno indicaron que se cancelarán con un nuevo esquema de pago que será anunciado el mismo viernes. Sin embargo, no brindaron mayores precisiones al respecto.
Ante este escenario, en el mercado se empieza a especular con las opciones que tiene el Gobierno, entre las que se cuentan volver a recurrir a los yuanes, negociar otro préstamo puente con un organismo multilateral o echar mano a las divisas que sume gracias al nuevo dólar agro. La posibilidad de retrasar el pago para cancelarlo con los DEG que ingresen en agosto, de momento, no parece una opción.
En caso de optar por esa primera posibilidad, el Gobierno estaría ya utilizando una porción significativa de los yuanes y podría verse forzado a negociar un tercer tramo del swap. Según cálculos de dos consultoras económicas privadas, antes del pago anunciado este lunes, la cantidad de yuanes utilizados era de US$3.700 millones, por lo que ya se ubica en la zona de US$5.400 millones (lo que implica que se agotó el primer tramo de US$5.000 millones).
Cómo sigue el calendario de pagos al FMI
Una vez que se paguen esos US$830 millones, la próxima parada debería ser el ingreso de US$7.500 millones a partir de la tercera semana de agosto. Ese desembolso, calculó la consultora Eco Go, llevaría las reservas netas negativas a la zona de US$3.571 millones, muy por debajo de los US$11.071 millones que caerían tras los pagos de esta semana.
Pese a ello, desde la firma adelantaron en un reciente informe que si se asume la normalidad de los pagos y desembolsos hasta fin de año finalizarían en valores negativos en torno a los US$5.542 millones.
Sucede que, tras el ingreso de los US$7.500 millones de agosto, el Gobierno argentino deberá pagar US$923 millones el 21 de septiembre y US$2.652 millones a fines de octubre en concepto de amortizaciones, y otros US$830 millones a fines de noviembre de intereses.
En noviembre, cabe recordar, el Fondo realizará un nuevo desembolso. Si bien no se precisó la cifra, Massa había adelantado en una entrevista la semana pasada que el monto acordado llegaría en un 75% en agosto y el 25% restante arribaría en noviembre.
Por último, de acuerdo a los datos de Eco Go, en diciembre llegaría un nuevo desembolso de US$3.358 millones, luego de la revisión de noviembre. Pero el ingreso de esas divisas, presumen, no se haría efectivo antes del cambio de Gobierno. Dicha cifra más que compensarían los US$923 millones de amortizaciones que el país deberá afrontar ese mes.
