jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

La gira de Massa por China va dando los resultados que esperaba el Gobierno

SORGO. Entre los acuerdos alcanzados se destaca la apertura china al sorgo argentino.
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El tour económico del ministro parece marchar sobre rieles. Renovación del swap de monedas con el gigante asiático, anuncios de inversiones y furor por “Argenchina”. Se mantiene el déficit comercial con el socio más importante para la subsistencia del proyecto político oficialista

Sergio Massa finalmente obtuvo lo que fue a buscar a China y logró renovar y ampliar el uso de swap de monedas con ese país, lo que consiguió elevar los fondos de libre disponibilidad de US$5.000 millones a US$10.000 millones. Según fuentes del equipo económico, la libre disponibilidad incluye todo tipo de operaciones financieras, por lo que el Gobierno podría intervenir en el mercado de cambios para mantener a raya los dólares paralelos en la previa electoral. Dicha idea es una trampa en la que Argentina parece haber caído por su adicción al gasto público y al atraso cambiario.

La ampliación del swap fue firmada el último viernes y se oficializó a través de un comunicado del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Allí quedó reflejado que el presidente de la autoridad monetaria argentina, Miguel Ángel Pesce, suscribió un acuerdo para la renovación anticipada del swap por 130.000 millones de yuanes, cifra que equivale a unos US$19.000 millones, por el plazo de tres años.

Asimismo, indicó el BCRA, se inició el procedimiento de ampliación del monto de uso por otros 35 mil millones de yuanes. Pero dicha ampliación operará una vez que se agote el primer tramo de ampliación de uso utilizado para el intercambio comercial entre ambos países y por acuerdo de las partes. De esta manera, ese monto aumenta de 35 mil millones de renminbi (RMB) a 70 mil millones de RMB la capacidad de uso.

La suscripción fue concretada Pesce, luego del encuentro con el presidente del Banco Popular de China, Yi Gang, en la sede del banco en Pekín. Estuvieron presentes el ministro de Economía, Sergio Massa; y el embajador argentino en Pekín, Sabino Vaca Narvaja; y el titular del Indec, Macro Lavagna.

Dudas por la “libre disponibilidad”

En el equipo económico del Gobierno argentino marcan que la libre disponibilidad incluye todo tipo de operaciones financieras. En ese sentido, expresaron que el swap puede proveer liquidez a las operaciones financieras en RMB, y añadieron que el BCRA solicitó impulsar las operaciones spot y de futuro de RMB.

Sin embargo, no será sencillo que el BCRA utilice parte de ese monto para intervenir en la brecha de manera directa. En primer lugar, porque el BCRA necesitaría de autorización previa de su par chino para realizar el proceso de conversión de yuanes a dólares.

En el proceso, los yuanes off-shore deben pasarse primero a dólares de Hong Kong, donde la contraparte es China, y luego recién a dólares.

“El problema que para convertir el swap, hay que endeudarse con bancos chinos a una tasa que tiene de referencia el riesgo argentino. No es un préstamo de Estado a Estado sino del sistema financiero de Hong Kong a Argentina”, recordó Mauro Mazza, de Bull Market.

El único antecedente de conversión de yuanes a dólares, cabe recordar, se remonta al año 2015. El 22 de diciembre de ese año, el BCRA publicó la Comunicación P50675 mediante la cual oficializó la conversión. En esa fecha, en tanto, la autoridad monetaria también emitió un comunicado en el que informó que se convertirían yuanes de swap con China por US$3.100 millones.

En dicho comunicado, el BCRA también hacía referencia a otra de las cuestiones que generan dudas respecto de este asunto: la tasa que paga la Argentina por la utilización de esos fondos. Allí se informó que el país paga 400 puntos básicos por encima de la tasa Shibor (Shanghai InterBank Offered Rate). Un reciente estudio de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de Estados Unidos (NBER, por su sigla en inglés), de hecho, alertó sobre el costo y las condiciones de los créditos y canjes de moneda que otorga China.

Pero aun en el caso de que esos yuanes no se cambien a dólares -China habría pedido que esos fondos se utilicen para pagar importaciones- el Gobierno tendría más aire para intervenir en la brecha porque el swap descomprimirá los pagos de importaciones: al usarse yuanes, el BCRA se quedaría con los dólares para intervenir.

“Nos deberíamos llamar Argenchina”

Textuales palabras de Massa, luego de anunciarse que se abrió el mercado para menudencias, sorgo, maíz y trigo por US$700 millones y que se concretarían desembolsos para seis proyectos de infraestructura por US$3.052 millones que son financiadas íntegramente por China.

Formar parte del lote de países que integran la iniciativa china de la ruta y la franja de la seda parece tener sus ventajas. Es prácticamente una de las pocas políticas de Estado argentinas en política exterior, un proceso que empezó Macri y concretó Alberto Fernández.

Esa iniciativa, que cumple diez años, se inspiró en una red de rutas comerciales de la antigüedad nacida durante la dinastía Han de China en el año 130 antes de Cristo. Xi Jinping lo ha convertido en el eje de su política exterior y lo impulsa bajo la idea de una franja una ruta para una alianza comercial global con eje en Beijing. Argentina lo firmó rápidamente y se diferenció de Brasil que no se ha sumado.

Esa iniciativa coloca al país como receptor de inversiones. En esta gira se vieron los primeros frutos en seis proyectos que no requerirán el aporte, ni siquiera de una porción, por parte de Argentina: implican compromisos por US$3.052 millones. Eso sí, se aclaró que no se trata de desembolsos automáticos, salvo el primero pero después dependen de los avances de obras.

En otras negociaciones se obtuvo el acceso al mercado del sorgo, tan utilizado en un licor muy popular en China y que puede significar exportaciones de US$400 millones. A eso se suma la apertura para el trigo y las menudencias bovinas y porcinas. El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, obtuvo la reapertura de los envíos de pollos que tras la gripe aviar se cancelaron.

Massa, quien participó en esas extensas rondas de negociaciones a la hora de abrochar los acuerdos, sólo soltó a modo de festejo ante un grupo de periodistas: “Con esto deberíamos llamarnos Argenchina”, recordando la palabra que acuñó el periodista “Chiche” Gelblung.

En cuanto a las menudencias porcinas y bovinas ese mercado estaba cerrado por exigencias sanitarias. Y habrá un cambio de protocolo para que puedan reiniciarse las exportaciones aviares, según se informó. También para los cereales como el trigo faltan aprobaciones sanitarias y certificados.

Ante la escasez de dólares, Argentina dejó de lado proyectos de inversión que estaban en marcha pero que significaban un aporte de capital como el caso de Atucha III en el que se recibía la inversión china por US$ 8.000 millones pero Argentina debía integrar 15% de ese capital.

Los proyectos incluyen las líneas de alta tensión que abastecen a Edenor, Edesur y Edelap, por US$1.100 millones, en el AMBA.

También el Belgrano Cargas II, que implica desembolsos por US$ 816 millones, y el Ferrocarril Roca, que insume US$236 millones para comprar comprar 200 coches nuevos.

A esto se suma el parque solar Caucharí en Jujuy recibe US$ 326 millones.

Y en la provincia de Buenos Aires, en Laferrere para plantas de agua potable y en El Jagual para cloacas. Ambos proyectos son por US$ 650 millones.

Déficit récord con China en 2022

Por otra parte, y como contracara de estas noticias aparentemente positivas, Argentina registró en 2022 un déficit comercial bilateral récord con China. Mientras países vecinos como Brasil, Chile, Uruguay y Perú tuvieron superávit con ese país, la balanza comercial entre Argentina y China dejó un rojo de US$9.494 millones para nuestro país.

La balanza entre Argentina y China siguió siendo deficitaria en el primer cuatrimestre de este año. Entre enero y abril, el país acumula un saldo comercial negativo de US$2.581 millones, por debajo de los US$4.017 millones de déficit comercial con China del mismo período del año anterior. En enero de 2023, la Argentina registró un rojo comercial con China por US$723 millones; en febrero fueron US$515 millones; en marzo otros US$685 millones; y en abril, US$658 millones.

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