Lo anunciaron los ministros Kicillof y De Vido, quienes insistieron en que la medida no tendrá incidencia sobre la producción. “No podemos darnos el lujo de bajar equipos”, dijo el titular de Economía durante el anuncio.
El Gobierno anunció oficialmente la baja de cinco por ciento en el precio de las naftas y el gasoil a partir del 1 de enero y adelantó que hará una revisión del impuesto a las naftas y retenciones a la exportación de combustibles, en el marco de una política destinada a incentivar la producción y el consumo.
Los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación Federal, Julio de Vido, precisaron que la rebaja fue establecida a partir de un acuerdo cuatripartito alcanzado por el Gobierno nacional, las provincias petroleras, las empresas hidrocarburíferas y el sector gremial.
De esta manera, ambos ministros coincidieron en que se “cumplirá con el objetivo central de sostener los niveles de actividad, sin que las abruptas oscilaciones del precio internacional incidan en el mercado interno”.
“No vamos a entrar en el juego de una cuestión geopolítica que no sabemos hasta dónde se extenderá y mucho menos pensamos en bajar equipos de exploración. Lo podríamos hacer en un minuto y después necesitamos años para recuperarlos, con las consecuencias que esto tendría a nivel de pérdida de puestos de trabajo”, dijo Kicillof.
El acuerdo, a juicio del titular del Palacio de Hacienda, tiene un doble propósito: por un lado “reflejar en forma inédita la caída de las naftas en cinco por ciento en pesos” y, por otro, “hacerlo a través de un acuerdo con la industria para sostener los niveles de actividad, porque no podemos darnos el lujo de bajar equipos”.
Sin que incida en la producción
“Tenemos las herramientas para que estos cambios abruptos en los precios no incidan en los niveles de producción, lo que redundará en una pérdida menor en los balances de las empresas que operan en el país, a diferencia del 30 y hasta 40 por ciento de pérdida que se refleja en compañías de otros países”, remarcó Kicillof.
En tal sentido, añadió que “en junio, cuando el precio internacional se ubicaba en torno a los 112 dólares, Argentina lo mantuvo en 75 dólares, y ahora, que el valor internacional es de 60 dólares, nosotros estamos en 70, con la mirada puesta en sostener la actividad, que es una preocupación central de este Gobierno”.
Por su parte, De Vido indicó que con esta medida se “llevó adelante una instrucción de la Presidenta (Cristina Fernández), que analizó el escenario internacional y nos pidió que reflejemos esa realidad en el usuario sin perder de vista el sostenimiento de la actividad”.
“Cada 10 centavos que bajen los combustibles son 2.000 millones de pesos que se vuelcan a la economía real, al consumo”, sentenció De Vido.