El foco de recuperación está puesto en los pequeños productores que decidan comprar fracciones literas de campo. La situación económica actual, combinada con la incertidumbre y las futuras elecciones, paralizan a los grandes inversores
Las inmobiliarias rurales depositan expectativas de recuperación frente a la campaña agrícola 2019 y en las manos de los pequeños y medianos productores que se lanzarán a comprar fracciones literas de campo.
“Consideramos que ante los buenos resultados de las campañas agrícolas, los pequeños y medianos productores se van a volcar a comprar fracciones literas para ampliar sus superficies sembradas o de producción, es decir, pequeñas porciones de tierra”, indicó Gerardo Kahn, vicepresidente de Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR).
Así lo confirma la entidad en un comunicado de prensa: “Tras el golpe sufrido en la campan anterior como consecuencia de la inédita sequía se espera una fuerte recuperación de los volúmenes de cosecha, las campañas de trigo y cebada, por ejemplo, se han desarrollado con resultados muy promisorios –independientemente de algunos fenómenos climáticos como heladas tardías y granizo que han afectado algunas zonas puntuales– y está finalizando con muy buenos rindes con precios más que satisfactorios”.
Del mismo modo, indica, que la campaña gruesa se encuentra en pleno desarrollo, mostrando buenas condiciones generales para su implantación y asegura que en caso de no acontecer situaciones extremas, se esperan resultados interesantes.
Por su parte, agrega que la ganadería, a pesar de presentar una caída en la valorización del stock como consecuencia de la fuerte devaluación, sigue generando interés en los productores ante buenas perspectivas en el sector externo de la actividad. “Se observa un sostenido interés en los arrendamientos ganaderos, con una demanda que supera lo ofrecido”, apuntó.
Por lo contrario, Kahn indicó que los inversores de peso continuarán ausentes, desmotivados por la situación coyuntural difícil, que sumadas a las vísperas de un año electoral, genera una gran incertidumbre a la hora de tomar decisiones.
Oferta y variedad
Por su parte, los pequeños y medianos productores que se animen a ampliar su superficie de siembra o de cría, se encontrarán con una variedad de precios. Los precios, salvo en las zonas núcleo agrícolas donde se mantiene una cierta demanda, tienen una cierta tendencia a una mayor flexibilización en las pretensiones de los vendedores. “Se percibe un claro aumento en la cantidad de propiedades ofrecidas a la venta, en gran parte debido a la ampliación de los plazos de las gestiones comerciales, que en los casos de campos situados en zonas marginales se suelen extender por varios años como consecuencia del muy escaso interés de los inversores en estas áreas”, agregó el comunicado de la cámara.
Consultado acerca de los precios más bajos en los campos, si representan alguna oportunidad para los inversores visionarios, el directivo entendió que no, que tanto para pequeños como grandes inversores, eso no representa una posibilidad. “El problema del campo es la iliquidez, es decir, se pueden entrar bien y lograr un buen rinde, pero salir es más difícil, lo que sumado a las condiciones económicas adversar, no representan una opción atractiva, aún, con precios más favorables!, explicó.
Agravamiento y curva descendente
El segundo semestre de 2018 se desarrolló bajo un profundo agravamiento de las condiciones económicas del país. “La actividad ha transitado por un camino de dificultades, requiriendo mayores esfuerzos –en muchos casos infructuosos– para intentar llevar a buen término las gestiones que a diario desarrollamos. La renta financiera sigue siendo más atractiva tanto en el exterior como en colocaciones locales, compitiendo fuertemente con las inversiones productivas”, graficó Cair.
-Los valores de los inmuebles rurales continuaron su curva descendente, con el fin de ajustarse a la rentabilidad actual del sector. Eso condujo a una estabilidad del precio ubicada en el escalón inferior. “Esto potencia un posible revalúo futuro de la mano de una deseada estabilidad económica y política, difícil de alcanzar en años electorales”, agregó Cair.
– Con todo, la actividad inmobiliaria rural continuó a niveles muy reducidos, con operaciones que se han concentrado mayoritariamente en un rango de montos entre uno y tres millones de dólares. “Si bien han habido cierta cantidad de operaciones entre 5 millones y 10 millones de dólares, las transacciones de mayor volumen han podido contabilizarse con los dedos de una mano”, agregó.