A partir del alza de precios que se ha dado desde principios de año, producir carne en Argentina volvió a ser rentable. Sin embargo, según aseguró Roulet, sembrar soja sigue siendo menos riesgoso “políticamente hablando”.
Los últimos informes de distintas consultoras o asociaciones dedicadas al estudio de la evolución del campo, dan cuenta de que los productores ganaderos argentinos están comenzando a retener vientre, es decir, no están enviando a Liniers tanta cantidad de hembras como en años anteriores, lo que deja entrever que la producción de carne vacuna está retomando la senda del “negocio” en Argentina.
Sin embargo, el último informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) sobre existencia ganadera, indicó que el número de unidades productivas (UP) con bovinos se habría reducido en los últimos dos años un 3,5%, lo que equivale a 11.404 UP en todo el país, entendiendo por unidades productivas a cada titular, persona física o jurídica, que posee ganado dentro de un mismo establecimiento agropecuario.
La cifra se incrementa si se analizan los datos de Córdoba, donde la reducción de UP, para el mismo período de análisis (marzo de 2010 contra marzo de 2008), superó las 3.800 unidades, es decir, cayó 12,2%.
En las provincias de Tucumán, Tierra del Fuego, Catamarca, San Juan, Jujuy y La Pampa, el número de UP disminuyó más de 10%. En tanto, la caída en Buenos Aires, Santiago del Estero, Salta y Entre Ríos se ubicó entre cinco y seis por ciento.
“Es que hay falta de confianza y de previsibilidad”, indicó a Comercio y Justicia Néstor Roulet, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez). “Hay mucha desconfianza en lo que pueda hacer este Gobierno”, dijo.
En ese sentido, Roulet relató que ya en 2006, cuando el Gobierno decidió intervenir el mercado de carnes, las entidades agropecuarias alertaron sobre la posibilidad de que la hacienda disminuyera sustancialmente. “Y eso fue lo que sucedió”, dijo. “Pasamos de tener casi 60 millones de cabezas a las actuales 47 millones y en sólo cuatro años”, agregó.
“Ahora, al haber descendido tanto la oferta, el precio reaccionó y pasó de los 3,5 pesos por kilo (novillo gordo) a los actuales siete pesos”, indicó al justificar la caída en la faena de hembras por tercer mes consecutivo, según informó Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA).
“Eso quiere decir que hay reposición del ganado, pero es relativa, porque si los ganaderos se quedaran con todas las hembras, la reposición sería del orden de 30%, sin embargo el nivel actual es de alrededor de 15%”, aseguró. Y completó: “Eso es por falta de confianza”.
Comparaciones
A la hora de establecer relaciones entre lo conveniente de producir carne, soja o leche, Roulet precisó: “Por hectárea de campo bueno, se pueden producir 700 kilos de novillo que, a 7 pesos por kilo, da un resultado de 4.900 pesos. En el caso del tambo, se podría producir 6 mil ó 7 mil litros de leche en una hectárea por año lo que, a 1,10 pesos daría 6.600 ó 7.700 pesos. Finalmente, por hectárea de soja se podrían obtener tres toneladas, es decir, mil pesos. Si bien en todos los casos hay que considerar los costos de producción, que son más elevados en la producción de leche, seguido de la carne y la soja, es clara la comparación. Sin embargo, los productores siguen apostando a la soja, porque se obtiene en menos tiempo y el riesgo que se corre respecto de cualquier decisión del Gobierno es menor”, finalizó.
Cuota Hilton
Los envíos de carnes de alta calidad en julio, al comenzar la nueva campaña, fueron de 698 toneladas, cambiando el panorama que se venía registrando en los últimos años, en los que no se percibían ingresos debido al retraso en los permisos. A pesar de ser bajo el volumen, esto es positivo para aquellos actores involucrados, ya que de seguir así no tendrán que concentrar las compras de novillo en los meses de mayo y junio, momento en que son muy demandados, indicó Crea.