ESCUCHARUn grupo de ex empleados de una de las mayores empresas fraccionadoras de alimentos de Córdoba, que quebró en los primeros meses de la pandemia de coronavirus, se puso la tarea al hombro de recuperar la empresa, los clientes, el trabajo y mantener la unidad productiva en marcha. No con pocas dificultades. El sueño se hizo realidad y hoy la Cooperativa Prosperar es una empresa social que funciona, provee alimentos de máxima calidad y da trabajo e ingresos a una pluralidad de familias de Córdoba.
La historia, paralela a tantos procesos de resiliencia que han devenido en empresas y fábricas recuperadas por sus trabajadores, es una mezcla de esperanzas, iniciativas, decisión, voluntad y trabajo, que suceden en personas con dobles y triples tareas cotidianas: mantener sus trabajos e ingresos, sostener familias, casas, hijos. Devenidos hoy en emprendedores cooperativos, estas personas están esperando que la Justicia cordobesa les otorgue la propiedad definitiva de los bienes de la firma fallida.
Se trata de la ex proveedora de bandejas de ensaladas y otros alimentos fraccionados Verduras Pro SA, que hasta la quiebra contaba con importantes clientes como supermercados Disco, Carrefour y otros, con instalaciones y equipos ubicados en barrio San Vicente de Córdoba capital, en la avenida Agustín Garzón 1732. Luego de su cierre, los empleados conformaron una cooperativa, lograron acordar con el Juzgado Civil Concursos y Quiebras de 33ª Nominación (a cargo de Marcela Antinucci) el alquiler de los bienes y hoy, al finalizar ese contrato, esperan una decisión definitiva del juzgado que les permita continuar con la empresa en marcha.
Ésta no sólo cuenta con un gran esfuerzo hacia atrás, porque pusieron la empresa nuevamente en marcha aun con fuertes deudas y prácticamente sin capital ni apoyos privados ni gubernamentales de ningún tipo, sino que cuenta con fuertes posibilidades de futuro, en vistas de las nuevas tendencias de consumo de las familias en la ciudad, que buscan cada vez más consumir alimentos procesados o semiprocesados, listos para preparar y servir en la mesa.
“En plena pandemia, en 2020 trabajamos en la empresa que estaba en concurso preventivo desde 2019. Teníamos cuatro meses de sueldos atrasados y nos pagaban de a ‘puchos’, pero seguimos trabajando en la creencia de que el problema de las deudas se iba a solucionar. En marzo del 2021, el dueño nos comunicó que la empresa iba a quebrar y nos ofreció la posibilidad de hacer una cooperativa para mantener nuestra fuente de trabajo. A partir de allí comenzamos con los trámites de capacitación, constitución y a la vez continuamos con nuestro trabajo de todos los días en la planta de procesamiento”, explicaron a Comercio y Justicia los integrantes de la cooperativa.
«Hoy estamos preparando medio millar de bandejas diarias, que se hacen con un protocolo estricto que va desde el seleccionado de la materia prima, el doble lavado, la sanitización, el secado, corte, envase, empaquetamiento y distribución, todo con los estándares que exige la industria. Sólo pedimos que nos permitan seguir en este camino, producir más, mejor y colaborar así con empleo y producción que es lo que hace falta», relató a este diario Gabriela Bertolotto, presidente de la cooperativa.
