El Gobierno intenta alcanzar el objetivo de 60% de adhesión al canje de deuda en los dos últimos días hábiles de operatoria, ya que el martes vence el plazo dispuesto por el Ministerio de Economía y no dispondría una segunda prórroga.
El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, y su subsecretario, Adrian Consentino, se encuentran aún en Europa, tratando de convencer a los bonistas italianos.
El martes será el último día para poder ingresar al canje, tras la postergación de dos semanas dispuesta por el palacio de Hacienda. Esa prórroga se adoptó, según argumentaron voceros oficiales, por un pedido de bancos italianos, a raíz de una “sobrecarga operativa junto a la tensión fiscal de Europa”.
Hasta el 8 de junio, se habían canjeado 10.980 millones de dólares, de los 18.300 millones del total a canjear. Ese nivel corresponde a 54% del total de los títulos a canjear.
Los funcionarios señalaron que el flujo diario de entrada al canje es de 130 millones de dólares, con lo que -de mantenerse esa cifra- el gobierno habría conseguido durante la prórroga los 1.100 millones restantes que necesitaba para llegar al 60% proyectado.