El resultado parece reflejar las consecuencias de una inflación que no cede y una recesión que se muestra con más nitidez. El índice se encuentra en niveles que presagian derrotas electorales.
Poliarquía Consultores realizó el tradicional relevamiento para la Universidad Torcuato Di Tella entre el 3 y 13 del mes en 40 localidades de todo el país. El dato más llamativo fue el deterioro generalizado del humor de las familias. Alcanzó a todos los órdenes, tanto a nivel regional, situación personal y percepción macroeconómica, como por niveles de ingreso.
No se veía una situación así desde la crisis en el Ministerio de Economía de la Nación en julio 2022, cuando la salida de Martín Guzmán, el paso fugaz de Silvina Batakis, y el anuncio del reemplazo por Sergio Massa sumieron al país en la incertidumbre económica.
Tras algunos meses de alternancia entre subidas y bajadas, el índice de confianza del consumidor asiste a la caída más pronunciada desde agosto 2022, cuando se derrumbó 6,6 por ciento. La llegada de Massa generó calma por un tiempo, pero el proceso inflacionario volvió a azuzar el malestar.
Causas
El informe no precisa las causas y factores que provocaron semejante deterioro de la confianza de los consumidores después de dos meses de repunte con los anuncios de Precios Justos.
Sin embargo, prácticamente no hay dudas de que dos fenómenos específicos contribuyeron a ese nuevo punto de giro: la aceleración de la inflación en enero (con fuerte arrastre para febrero por la postergación de aumento de tarifas públicas y privadas, el encarecimiento de la carne y de los servicios de turismo y escolares); y la consolidación del proceso recesivo que el Indec comenzó a detectar de manera incipiente en septiembre 2022, pero que se fue afirmando en los meses siguientes.
El claro deterioro del poder de compra de los ingresos de la población (anteayer salió el informe sobre distribución del ingreso para el tercer trimestre de 2022, que reflejó una brecha negativa de 20 puntos entre aumento de ingresos e inflación) y la creciente precariedad laboral (que según el Indec generó que tres millones de empleados estén un segundo puesto para poder cubrir el encarecimiento de la canasta familiar) son dos de las grandes razones por las cuales se ha restringido el consumo y se han postergado las decisiones de compra de bienes durables en todo el país (salvo para los que pueden aprovechar la brecha entre los distintos tipos de cambio).
Detalles
Según la medición, la caída de la confianza del consumidor resultó más intensa en los sectores de altos ingresos que en los bajos, donde la falta de actualización mes a mes del mínimo no imponible de Ganancias, como de las valuaciones de los Bienes Personales, provocó una baja adicional del ingreso disponible para consumo.
Así, el informe expresa: “Por nivel educativo, al que tomamos como aproximación al nivel de ingresos del individuo, la confianza evidenció balances negativos para los dos grupos en términos interanuales, siendo del 8,74% para el más alto y de 5,63% para el más bajo. En la comparación intermensual, la medición del grupo de hogares de nivel educativo/ingresos más altos bajó 6,82%, mientras que para el otro extremo cayó 1,2%, siempre con respecto a enero”.
En los desagregados predomina el derrumbe de la percepción de la situación macroeconómica, con 34,4%, más del doble de la que arrojó el índice de situación personal (16,2%); la excepción fue las decisiones de compra de bienes durables, como automóviles e inmuebles, el índice aumentó 63,5%, al parecer “ayudado” por la amplitud de la brecha cambiaria entre la cotización del dólar oficial y los alternativos, porque hizo más accesible el acceso a esos bienes por quienes tenían divisas atesoradas.
Expectativas para el corto y mediano plazo
El subíndice que mide las expectativas corto y mediano plazo de los consumidores con respecto a la Situación Macroeconómica bajó 7,19% en comparación con el mes anterior, más intensa para el próximo año, con 10,52%, y más atenuada las que proyectan a 3 años, con 5,35 por ciento. Tal vez las mejores expectativas a largo plazo se correspondan con la idea de un posible cambio de gobierno.
Concluye el informe del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT que “En febrero a nivel nacional, las percepciones de los consumidores respecto a las Condiciones Presentes mostraron una caída de 5,44%, mientras que el componente que mide las Expectativas Futuras de los encuestados cayó 6,49%, siempre con respecto al mes anterior. En la comparación interanual de estos componentes se observan movimientos negativos en Condiciones Presentes 16,76% y en el de Expectativas Futuras 1,51 por ciento”.