El Gobierno nacional anunció ayer una modificación en el esquema de retenciones móviles y amplió beneficios vinculados al cobro de reintegros a los pequeños productores, al tiempo que giró a las provincias la responsabilidad de direccionar esas partidas.
Los cambios anunciados pretenden “preservar el funcionamiento de los mercados a futuro”, explicó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa que compartió con el ministro de Economía, Carlos Fernández.
Del anuncio participaron los gobernadores de las provincias con perfil agropecuario, quienes previamente se reunieron con la presidenta Cristina Fernández. No participaron de ese encuentro el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y su par de Santa Fe, Hermes Binner.
El nuevo esquema de retenciones supone una baja del impacto del gravamen pero a partir de determinado nivel de la cotización internacional de los granos, es decir que no hay ninguna alteración del régimen anunciado el 11 de marzo teniendo en cuenta el precio mundial actual de esos commodities.
Si bien los principales dirigentes ruralistas trasladaron para hoy una posición en el marco de la Mesa de Enlace, hubo críticas generalizadas, entre ellas, las del entrerriano Alfredo De Angelis, quien desde Gualeguaychú señaló que “no cambia nada, el Gobierno trata de confundirnos, ni ellos saben qué es lo que han anunciado”. El nuevo esquema incluye cambios para soja, trigo, maíz y girasol.
Para el caso de la soja, la reducción del impacto del impuesto comienza en los US$ 600 de cotización y alcanza un 52,7 por ciento como máximo si el precio llega a los 750 dólares por tonelada.
Según el Gobierno, con el esquema anterior el impacto en una cotización de US$ 750 era de 58,8%. El actual valor de exportación de la soja es de 479 dólares por tonelada.
Para el trigo, la tasa será de un máximo de 41,6% en la hipótesis de una cotización de 600 dólares, donde la baja del impacto comenzaría a partir de que el cereal cotice a US$ 450. Hoy cotiza a 345 dólares la tonelada. Con el esquema anterior, un precio internacional de US$ 600 sufría una retención de 46,3%.
En el caso del maíz, la franja de cotización donde se operará la baja del impacto del impuesto anunciada por el Gobierno va de los 300 a los 400, precio máximo donde la retención pasaría del 53,8% al 45% con la nueva tabla. Hoy el maíz cotiza a 218 dólares la tonelada.
Para el girasol será del 52,7 por ciento como máximo si el precio llegara a los 900 dólares de cotización, cuando en el régimen que arrancó el 11 de marzo hubiera sido, a ese valor, del 53,8%. La cotización en la que comienza la merma impositiva arranca en los US$ 700. Hoy el girasol cotiza a 600 dólares la tonelada.
Principio de justicia
Alberto Fernández defendió el carácter móvil de las retenciones: “Tiene un principio de justicia: si el precio baja, el Estado acompaña con una menor ganancia”.
“Espero que esto resuelva las preocupaciones que los hombres de campo tienen. Hemos puesto en orden el buen funcionamiento de las retenciones móviles”, aseguró.
Fernández manifestó que la Administración “no es contraparte del campo”, cuyos “dirigentes defienden intereses puntuales, mientras el Gobierno debe preservar los intereses del conjunto