El Gobierno anunció ayer que esta misma semana convocará a empresarios para explicarles el acuerdo comercial firmado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), y tildó las críticas a ese convenio de “expresiones de impotencia” de quienes no pudieron concretarlo.
“Las críticas tan rápidas y ligeras de algunos sectores políticos demuestran impotencia. Esos mismos que están hablando son los que fueron incapaces en 12 años de haber logrado el acuerdo”, sostuvo el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, quien, junto al canciller Jorge Faurie fueron los voceros de la reunión de Gabinete nacional que el presidente Mauricio Macri encabezó ayer, en la que el acuerdo y los contactos que estableció el mandatario en la Cumbre del G20, celebrada en Japón, se llevaron la mayor atención.
Por su parte, el secretario de Agroindustria de Nación, Miguel Etchevehere, dijo el lunes que el convenio entre los bloques será “muy beneficioso” para el país, ya que generará “un comercio anual de US$100.000 millones” y permitirá ingresar a un mercado de “500 millones de consumidores”.
Finalmente, anoche -mientras la UE difundía los puntos principales del convenio- Samar Maziad, vicepresidente de la calificadora de riesgos Moody’s, aseguró que el acuerdo es positivo en “términos crediticios”, pero alertó sobre el hecho de que los beneficios se materializarán en el mediano plazo y que Uruguay y Paraguay serán las economías más beneficiadas del bloque sudamericano.
También se hicieron públicas ayer las declaraciones del vicepresidente de la Unión Industrial (UIA), Daniel Funes de Rioja, quien destacó el potencial del acuerdo, pero reconoció que aún faltan conocer detalles: “La letra chica y las negociaciones que van a venir con respecto a las materias sensibles, los cupos, se irán abordando y veremos cómo caen a cada sector en particular, y esperemos transiciones adecuadas”. Reconoció que “si la línea de largada fuera hoy mismo a la cero hora sería absolutamente imposible no sólo integrarse sino complementarse”.
“Además de la estabilización macroeconómica -añadió Funes de Rioja- Argentina tiene pendientes reformas estructurales en lo fiscal, en costos logísticos y en la necesaria nueva visión sobre las relaciones laborales para incorporar tecnología de la información en esta etapa de la industria 4.0”.
El empresario admitió, en tanto, que restan “condiciones para estar en carrera, ya que hoy la competencia de los productores locales contra las importaciones sería muy desigual”.