viernes 15, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El Gobierno busca incentivar la industrialización de alimentos

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En un contexto internacional favorable, el Ejecutivo apunta a incrementar la producción de manufacturas de origen agropecuario, cuyas exportaciones cayeron en el primer semestre.

Entre enero y junio, el comercio exterior argentino -sobre todo de productos primarios y de manufacturas de origen industrial- mostró una importante recuperación, tanto en los precios como en las cantidades. Pero el país no está pudiendo aprovechar una de sus principales potencialidades, pues las exportaciones de productos manufacturados de origen agropecuario cayeron en el primer semestre pese a la recuperación del intercambio global. Por ello, la presidenta Cristina Fernández instó ayer a los empresarios a pensar “con el bolsillo” y no “con el corazón” y contribuir a que el país no sea “el granero” sino la “góndola del mundo”.

Al encabezar un acto en la ciudad bonaerense de Bragado, la mandataria realizó un llamado muy explícito al empresariado nacional. En primer término, consideró que “no hay país en el mundo que tenga nuestra competitividad en materia de producción agrícola y agroindustrial”.

Pero en ese marco, reclamó: “Quiero agregarle valor, quiero que esa soja salga hecha hamburguesa o milanesa y dé mucho trabajo aquí en Argentina. Debemos pretender ser la góndola y no el granero del mundo”, aseguró la jefa del Estado, quien enfatizó además que es preciso “hacer un salto cualitativo en materia de tecnología” para convertirse en “la góndola del mundo, con mucho valor agregado”.

“Les doy el desafío a todos los sectores de la economía, como el campo que tiene buenos precios y estamos felices por eso; la industria, que puede vender sus productos; los comerciantes, que antes cerraban los locales… que se pongan una mano en el bolsillo y no en el corazón, y que adviertan lo que se ha logrado en estos años”, pidió Cristina Fernández.

La mandataria solicitó, por último, “darle mucha sustentabilidad a este Estado y a este modelo económico” e instó a aprovechar un nuevo contexto internacional en el que “los países emergentes hemos logrado cambiar los (anteriores) términos de los intercambios comerciales, según los cuales nuestros productos eran baratos y los que nos vendían eran caros”.

Las razones oficiales
El pedido de Cristina Fernández responde a algunas situaciones que el Gobierno advirtió a lo largo de los primeros meses del año.

En primer término, un nivel de inversión empresarial que no aumenta al mismo ritmo que la demanda interna y externa, por lo que amenaza con generar problemas por el lado de la oferta.

El problema no sólo es advertido por el Gobierno sino también por buena parte de los consultores privados.

De hecho, en el último Observatorio del sector, hasta la propia Unión Industrial de Córdoba (UIC) reconoce que hay sectores que están al límite de su capacidad instalada.

Según este trabajo, el más problemático es el automotor, seguido por el textil y el metalmecánico. El rubro alimenticio -que fue al que específicamente aludió ayer la Presidenta- está trabajando en torno a 70% de su potencial productivo y  podría crecer hasta 28,5% más sin requerir nuevas inversiones. De todas maneras, la mandataria hizo un llamado general, tendiente a anticiparse a los ya previsibles cuellos de botella en la producción.

Por otro lado, el pedido de la Presidenta tuvo en cuenta también los datos del comercio exterior argentino en el primer semestre del año: mientras que las ventas de Productos primarios (PP) crecieron 54% de forma interanual y las de Manufacturas de origen industrial (MOI) lo hicieron 33%, las exportaciones de los productos manufacturados de origen agropecuario (MOA) se retrajeron 5%.

En el primer semestre, por ejemplo, las exportaciones de Carne y sus preparados cayeron 7% -en montos-, las de los Productos de molinería se redujeron 1% y las de Grasas y aceites se retrajeron 9%.

El dato cobra más relevancia al advertir que las MOA fueron, pese a la caída, casi el principal rubro de exportación del país, pues representaron en el primer semestre 31% de las ventas externas del país (10.028 millones de dólares), frente al 34% que significaron las MOI (10.929 millones).

De esta forma, el Gobierno apunta a mejorar el saldo comercial en un sector en el cual se cuenta con importantes ventajas comparativas, que involucra a industrias tan diversas como frigoríficos, aceiteras, ingenios o molinos.

Fuerte retracción

Las exportaciones de origen agropecuario perdieron el holgado primer puesto que lograron en la primera mitad del año pasado, cuando se impusieron como principal rubro de exportación del país, aventajando en más de 20% al segundo, que fueron las ventas de manufacturas de origen industrial.

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