Pese a que no hubo anuncios sobre cuáles serán las medidas que se adoptarán para resolver la debacle financiera mundial, los miembros del G20, que nuclea a países con economías desarrolladas y emergentes, coincidieron en la necesidad de una mayor coordinación con los países emergentes en la búsqueda de soluciones.
Las primeras medidas contra la crisis financiera internacional deberán conocerse en un plazo de uno a tres meses, explicó el ministro brasileño de Economía, Guido Mantega, tras la reunión de dos días en la ciudad de San Pablo.
“Lo que se dio aquí fue un impulso político. En unos 30, 60 ó 90 días debemos tener algunas soluciones para la crisis. Vamos a tener que cambiar la rueda del auto con el auto andando. Hay muchos detalles técnicos a ser discutidos, aunque ya tenemos un modelo de lo que es necesario hacer”, indicó en conferencia de prensa junto a su colega de Sudáfrica, Trevor Manuel, y al subsecretario del Tesoro británico, Stephen Timms.
Según se informó, durante la semana grupos técnicos discutirán aspectos específicos de propuestas para que sean una especie de guía de la cumbre de presidentes y jefes de Estado del grupo convocada de urgencia para el próximo sábado en Washington.
“Son materias muy complejas”, dijo Mantega. “Lo que se debe llevar a la reunión de los presidentes son sugerencias e indicaciones. De allí debe salir una pauta concreta para que las cuestiones sean profundizadas, y en un plazo trazar una agenda con un cronograma para tener soluciones concretas”, explicó, al tiempo que indicó que finalizaron los dos días de reuniones dispuestos a “dar todos los pasos que sean necesarios” para enfrentar la crisis internacional, aunque sin enunciar ideas concretas.
Según Mantega, no se debe esperar que los presidentes se reúnan en Washington “para discutir medidas de control de derivativos o “hedge funds” (fondos especulativos). Ellos van a sentar las decisiones políticas para tener una acción conjunta y coordinada”, indicó.
Mantega señaló además que “hubo un total acuerdo para implementar políticas anticíclicas, dependiendo del sustento fiscal de cada país” y puso como ejemplo la decisión de China de lanzar un paquete de estímulo de casi 600 mil millones de dólares hasta 2010 para impulsar la demanda interna.
Al mismo tiempo, el comunicado conjunto de la reunión, tras casi 15 horas de debates a puertas cerradas, insistió en que “las instituciones surgidas en Bretton Woods deben ser reformadas”.
Esos organismos, se indicó, deben “adecuarse a los grandes cambios de la economía mundial”, mientras “los países emergentes y en desarrollo deberían tener una voz mayor”.
El comunicado del G-20 también alentó a retomar la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio, a la vez que indicó que el Forum de Estabilidad Financiera (FSF) de Basilea “debe expandirse a las economías emergentes”.