Córdoba perdió 2.544 pymes durante la pandemia y aún no hay señales de recuperación

Son datos a abril de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), compendiados por la Bolsa de Comercio. Paradójicamente, en el mismo período el empleo creció. Sin embargo, esa dinámica se explica porque sólo las grandes compañías tomaron personal. El trabajo en las pequeñas y medianas siguió en franco descenso

La provincia de Córdoba perdió 2.544 empresas entre febrero de 2020 y abril pasado, 99 por ciento pymes de hasta 25 empleados.

No obstante, en el mismo período, se registró una creación neta de empleo. Pero esa mejora fue impulsada por las empresas con más de 100 trabajadores, esto es las de mayor tamaño. En el caso de las pymes, la destrucción de empleo fue notoria. [privado]

Los datos recabados, de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), aparecen reflejados en un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Córdoba.

El documento compendia datos que permiten observar la evolución del número de empresas relevadas por la SRT. Luego de tocar un máximo a inicios de 2012, el número de empresas formales se mantuvo estancado hasta la crisis de 2018.

Desde entonces comenzó una tendencia decreciente, en coincidencia con la crisis económica que se inició en el segundo trimestre de ese año, luego profundizada en 2019 y definitivamente consolidada con la llegada de la pandemia.

“Sin embargo, lo más llamativo es que aun con la posterior flexibilización de actividades, la marcada destrucción neta de empresas continuó hacia inicios de 2021”, explicó a Comercio y Justicia Lucas Navarro, economista y director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa.

En ese marco, se registraron 19.210 empresas menos que en febrero de 2020, para alcanzar un valor neto similar al vigente en 2007.

Las tendencias de empleo son igual de preocupantes: en abril había 133 mil empleos asalariados formales del sector privado menos que en febrero de 2020, y casi 211 mil menos que en enero de 2012.

Según el informe, “en una economía con una insoportable carga impositiva al sector privado, un sector público ineficiente en la provisión de servicios y una inestabilidad macroeconómica ocasionada por un déficit fiscal crónico sin financiamiento genuino, no es de extrañar el estancamiento en el que quedó atrapada la dinámica empresarial y la creación de empleo”.

Sin embargo, señala el documento, “el paso de estancamiento a la destrucción productiva sobrevino con la llegada del nuevo gobierno que, más allá de la pandemia, tomó medidas que aumentaron aún más la presión impositiva y las rigideces laborales, entre otras que acentuaron la desconfianza, las que debilitaron aún más las condiciones para el funcionamiento del sector privado y la creación de empleos de calidad”.

El impacto en Córdoba

Una característica clave de la destrucción reciente de empresas fue la fuerte concentración entre las compañías de menor tamaño, situación que se verificó de una manera particularmente evidente en la provincia de Córdoba.

Concretamente, entre febrero de 2020 y abril pasado hubo una pérdida neta de 2.544 empresas en la provincia, de las cuales la gran mayoría corresponde al cierre de unidades productivas de hasta 25 empleados.

“El caso de Córdoba es interesante puesto que, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, cuando se compara el empleo registrado de abril de este año con el previo a la pandemia se encuentra que el empleo total se ha recuperado levemente”, señala el informe.

No obstante, cuando se avanza con una mayor apertura de los datos, se observa una notable pérdida de empleo por causa de la destrucción de empresas pequeñas y una ganancia de empleo entre las empresas grandes. Así, puede advertirse que entre febrero de 2020 y abril de 2021 se perdieron 10.457 empleos en compañías de hasta 25 empleados y se crearon 13.784 en empresas de más de 100 empleados.

Por sector

Si bien hay sectores que, para todos los tamaños de empresas, continúan muy afectados por la crisis -como turismo, gastronomía y algunos servicios-, se observan los casos de sectores importantes -como agricultura, comercio, industria, construcción, información y comunicaciones, enseñanza y transporte- en los que el empleo creció entre las empresas de más de 100 empleados pero cayó entre las de hasta 25 empleados.

Esos elementos reflejan, por tanto, un cambio en la demografía empresarial de la provincia ocurrida en el último año, con una visible mayor participación del empleo generado por las empresas de más de 500 empleados con respecto a las más pequeñas, indica el documento.

Así, mientras que antes de la pandemia las empresas de más de 100 empleados representaban 42 por ciento del empleo total registrado del sector privado, a abril de 2021 su participación había aumentado a 45 por ciento, en detrimento de una menor contribución de las empresas pequeñas a la generación de empleo.

Un efecto similar ocurre en el ámbito nacional, en el que se perdieron casi 100 mil empleos y más de 19 mil empresas de menos de 100 empleados y se crearon 50 mil empleos en las empresas de mayor tamaño.

Las grandes ganan terreno

En períodos recesivos, los sistemas económicos típicamente entran en una fase de destrucción creativa en la que mueren las empresas menos eficientes y nacen nuevas empresas, innovadoras y de mayor productividad. Este proceso conduce a una reasignación de recursos que favorece el incremento de la productividad agregada, observa el informe.

“Sin embargo, lo que está ocurriendo en nuestro país es todo lo contrario, ya que hay menos empresas pequeñas que nacen que las que mueren y las empresas grandes van ganando terreno con una concentración cada vez mayor del empleo”, indicó Navarro.

“En un contexto de restricciones a la actividad económica, son las empresas pequeñas las más vulnerables y en peores condiciones para soportar el peso y la desprotección de un gobierno que paradójicamente declama tener a la reducción de la desigualdad como uno de sus principales objetivos”, apunta el documento.

“Más que impulsar la destrucción creativa para impulsar el crecimiento, el Gobierno nacional parece orientado a la creación destructiva, con muchas políticas sin sustento técnico ni respaldadas en la evidencia, que están conduciendo a la destrucción de parte de nuestro aparato productivo. Una muestra de ello es el proyecto oficialista de suspender por seis meses la creación de sociedades por acciones simplificadas (SAS) e introducir requisitos que complicarán el proceso de creación de empresas”, concluye el informe, que aboga por un Estado eficiente que garantice el cumplimiento de la ley y que promueva la competencia para evitar la concentración del empleo y, en definitiva, evite la destrucción de las pymes, “garantía de innovación y crecimiento”. [/privado]