El ministro de Industria, Comercio y Minería, Eduardo Accastello, participó del acto que encabezó en la ciudad de Villa María el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, ocasión en que presentó el programa “Impulso Tambero”.
La iniciativa nacional busca beneficiar y fortalecer a los productores del sector lácteo. En ese marco, Accastello insistió en que debe declararse a la lechería como una economía regional y sobre el programa presentado dijo: “Esta iniciativa es un paliativo durante cuatro meses que asiste a los productores en un momento crítico no sólo por la macroeconomía que viene hace muchos años sino fundamentalmente, por la sequía y por este cambio de los precios relativos que afectan la alimentación de los animales consecuencia del dólar soja”.
“Hace muchos años que estamos esperando una agenda de la lechería en Argentina que contemple la planificación y la previsión a mediano y largo plazo, por eso pedimos la eliminación de las retenciones en los quesos y en la leche en polvo lo que va a permitir mayores exportaciones que van a traer divisas y que van a garantizar un buen precio también en el mercado interno”, agregó.
Luego, Accastello resaltó la importancia de avanzar en el proyecto de Ley en relación a la necesidad de la conformación de las economías regionales, porque sin duda, “para los 2.750 tambos que tiene Córdoba, la lechería es una economía regional que abastece al mercado interno y al mercado internacional”.
También, el ministro Accastello participó junto a Juan José Bahillo de una reunión con los integrantes de la Cámara del Maní, en el Parque Industrial de General Deheza. En la oportunidad el ministro de Industria ratificó al funcionario nacional la necesidad de eliminar las retenciones en el maní y de que la producción sea encuadrada como una economía regional.
Los planteos son el resultado de lineamientos económicos absurdos impulsados por el gobierno nacional, que empujan a los distintos actores de la economía -pero principalmente a productores rurales que no se dedican al cultivo mimado por el gobierno, la soja- a reclamar por un trato prioritario en la escena económica nacional.
Esto, que se ha convertido en una práctica habitual en todas las ramas de la actividad económica, demuestra lo nocivo del elevado nivel de intervencionismo estatal. Numerosos sectores en los que el país siempre tuvo una participación destacada a nivel global deben pedir por asistencia para poder sobrevivir, asfixiados por las trabas y controles que permanntemente establecen los que manejan las riendas de la economía.