ESCUCHARCon la suba, se paga 249 dólares por hectárea, 13 dólares más que en el período anterior. Si la comparación internual se hace en quintales, el incremento medio fue de 12% ya que los alquileres se pactan en 9,5 quintales. La expansión fue mayor en los departamentos del norte y el sur provincial, mientras que se retrajeron en los de mayores rendimientos
El costo de arrendamiento de un campo en Córdoba se ubicó para la campaña 2016-2017 en 9,5 quintales por hectárea, lo que supone un aumento de 12% o de un quintal frente a la campaña anterior, de acuerdo con el relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCC), divulgado ayer.
Si el incremento se mide en dólares, el precio de los alquileres subió 5,5% a 249 dólares por hectárea, luego de que el ciclo pasado fue de 236 dólares.
“Con la siembra gruesa tomando protagonismo, la definición de los arrendamientos es una variable clave a la hora de tomar decisiones, tanto de carácter agronómico como económico”, indicó la BCC.
“El incremento en el costo de los alquileres agrícolas está relacionado con la mejora en la cotización de los granos respecto a igual momento del año 2015, cuando aún no se habían realizado correcciones en la política económica y agropecuaria, como también por los fenómenos climáticos que afectaron la producción de nuestro país a partir de abril, impulsando los precios”, agregó.
En materia de clima, el año fue tan atípico que afectó de manera diferente a las distintas latitudes de la provincia, y ello se tradujo en los pactos de arrendamiento.
Mientras en los departamentos del norte y del sur las mayores precipitaciones “habrían ayudado a recargar agua en los perfiles, lo que puede impactar en mayores rendimientos, en los departamentos del este, los excesos hídricos aún no se han solucionado y pueden dejar muchas zonas en malas condiciones y eso se refleja en los arrendamientos”, indicó el informe de la BCC.
Ello explica por qué los departamentos en donde más subieron los arrendamientos son los del norte y del sur provincial, con aumentos que van de dos a tres quintales (Tulumba, 2,5 quintales más que en el ciclo anterior; Río Seco, tres quintales más; General Roca -al sur-, 2,5 quintales más) y los departamentos que tradicionalmente son los de mayor rendimiento agronómico estarían cayendo entre 1,5 a cuatro quintales por hectárea (Unión, 1,5 quintal por debajo del promedio de la campaña pasada; Marcos Juárez, cuatro quintales menos).
Vuelta a los quintales fijos
En cuanto a las modalidades de arrendamiento, la BCC adelantó que existiría una caída en las modalidades de “aparcería” y “a porcentaje” frente a la opción de quintales fijos, respecto a campañas previas. Sin embargo, las modalidades “a porcentaje” se estarían utilizando en gran medida en campos y zonas de la provincia que han sido afectados por situaciones de anegamiento y que no llegarían en las mejores condiciones para el nuevo ciclo, así como en campos que tradicionalmente tienen menor potencial de rendimiento.
Otro aspecto que se está negociando -según marca el reporte de la BCC- es la forma de pago. “Hay casos en los que se ha pactado pagar mitad en momento de la siembra y la otra mitad a cosecha, o con un adelanto de 20% a 30%. Asimismo, hay un gran número de casos en los que el pago se está pactando directamente a cosecha, frente a otras campañas donde por lo general se cobraba todo de forma adelantada”, indicó.
“Dicho comportamiento podría estar relacionado con la situación financiera de los productores, luego de una sucesión de campañas difíciles que hicieron que un número importante de productores no están en condiciones de salir a cubrir la totalidad del costo del arrendamiento al inicio de la campaña”, remarcó el informe de la BCC.
