ESCUCHARSegún el director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), Diego Dequino, el promedio de la relación entre el tipo de cambio y los términos del intercambio de los últimos 12 años determina que la moneda estadounidense hoy debería valer entre 20 y 22 pesos. Sin embargo, descarta un reacomodamiento en el corto plazo
Si bien reconoce el atraso cambiario, Diego Dequino, economista en jefe del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC), aseguró que hay “cierto confort” en el sector importador-exportador que viene de la mano del cambio de las condiciones y los mecanismos impuestos para el desarrollo de la actividad.
“La última semana hubo un rebote del tipo de cambio, pero para entender la situación es necesario ponerla en perspectiva”, indicó Dequino en diálogo con Comercio y Justicia. “De 12 años a esta parte, la media del tipo de cambio cuando lo comparamos con los términos del intercambio y no sólo por el valor de la moneda en sí, mostró una tendencia bajista con fluctuaciones, en tanto que los términos de intercambio han tenido como una especie de curva inversa con algunos amesetamientos. El promedio de esa relación hoy nos da que el tipo de cambio debería estar en el orden de 20 pesos (si lo analizamos a marzo) o 22 pesos (si lo consideramos a hoy). Entre medio tuvimos un peso de incremento debido a la inflación de los dos últimos dos meses y otro peso debido a la situación de Brasil que nos deterioró los términos de intercambio”, explicó.
“Lo cierto es que el tipo de cambio está atrasado respecto de la media histórica de los últimos 12 años, en el orden de 20%. Pero eso no quiere decir que estamos ante una crisis, porque hay una zona de confort de la competitividad en más o menos 20%, y el tipo de cambio está tocando ese piso. Si recordamos, cuando se derrumbó por debajo del piso a fines de 2015, terminó con un mecanismo que ajustó el precio de la divisa a partir de la unificación del mercado de cambio”, añadió.
Pese a ese relato, Dequino consideró que el Gobierno nacional tiene margen para seguir cerca del piso de cotización. “Nosotros entendemos que tiene margen en el corto plazo -que es una mirada de entre 15 y 24 meses (un ciclo de negocios)- porque si la analizamos en función de quien ejerce una actividad vinculada con el comercio exterior, que exige endeudamiento, nos damos con que hubo un ablandamiento de los mecanismos de liquidación de divisa y atesoramiento, es decir, quienes operan en comercio exterior no tienen hoy por hoy un estrangulamiento por el precio de la divisa. Ahora bien, si esta situación sigue uno o dos años más, seguramente va a afectar la ecuación de negocios”.
Aún lejos del mundo
Al referirse a las condiciones vigentes en Argentina para la realización de inversiones, Dequino explicó -en base al Índice de Facilidad para hacer Negocios que elabora el Banco Mundial- que Argentina está en un sendero de “recomposición” de su relación con el mundo desde fines de 2015.
“La posibilidad de que deje de ser mercado de frontera y pase a ser emergente y la simplificación en materia de comercio exterior, entre otras cosas, hace que Argentina se esté amigando con el planning de inversiones. Hay señales de que se está poniendo en la banquina de una autopista; sin embargo, todo eso no es suficiente. Hay un largo camino por recorrer que es mirar a largo plazo. Hoy por hoy, el planning de inversiones se ve más o menos lleno en los próximos tres años (en materia de anuncios). Ahora, desde el cuarto y hasta el octavo año, uno ve un vacío sustancial en materia de planeamiento, y ése no es un problema de un Gobierno, es un problema de Estado”, aseguró.
Faltan inversiones
El stock de capital en relación con el PBI es decreciente. Para que Argentina vuelva a tener una relación capital/PBI similar a la década de 90 faltan inversiones anuales en torno a 30 mil millones de dólares durante los próximos ocho años, indicó Dequino en el almuerzo.
El índice de Facilidad para hacer Negocios (doing business), del Banco Mundial, coloca a Argentina en la 116ª posición sobre un total de 190 economías en 2017.
