El director de la consultora Bein & Asociados, Miguel Bein, aseguró que “lo peor de la crisis financiera internacional ya pasó”.
Lo hizo ayer durante su participación en el ciclo de conferencias “Descifrando el futuro”, organizado por el Banco Industrial.
“Lo peor de la crisis ya pasó. El pánico, que llegó hasta fines de febrero, dio lugar a la tranquilidad cuando la Reserva Federal dijo que en Estados Unidos no iba a caer ningún banco más”, explicó.
“La economía argentina está razonablemente sólida. Aun tras haber perdido 35 millones de toneladas en una campaña agrícola, tendrá un superávit comercial de 10 mil millones de dólares, también un superávit externo general de cuenta corriente de cuatro mil millones de dólares, y será uno de los cinco países del mundo con superávit fiscal”, aseguró.
Sin embargo, “no creo que de acá a un año tengamos un mercado como el de medidados de 2008 y, por consiguiente, recuperar el nivel de empleo que tuvimos en la idustria llevará tres o cuatro años”, dijo.
“Ahora estamos mejor que hace 30 ó 40 días. Hay sensación de alivio. El dólar se quedó quieto, el Banco Central volvió a comprar dólares, en el mundo empezaron a rebotar las Bolsas entre 25 y 30%, los títulos públicos de Argentina subieron 30% en los últimos 7 u 8 días, lo que lleva a suponer que Argentina va a empezar a rebotar una vez que salgamos de la incertidumbre que tiene que ver más con cuestiones políticas que económicas”, indicó Bein.
Consultado por Comercio y Justicia respecto del panorama que se avecina tras las próximas elecciones, el especialista consideró que no habrá “mayores cambios”.
“Se viene una economía similar”, explicó y admitió que “sí va a haber una tensión distinta en el sentido de que se están pagando los vencimientos de la deuda sin crédito internacional, lo que avisa que pasadas las elecciones habrá que controlar el gasto público”.
En ese sentido, explicó que ese escenario será difícil por dos vías: “Vamos a una situación más opinada después del 29 de junio en cuestión de fuerzas, por lo que no va a ser sencillo para el Gobierno escatimar dinero a las provincias. Por otro lado, tampoco será sencillo retacear fondos cuando se supone que el Gobierno intentará recuperar el consenso social perdido. Por lo tanto, hay una encrucijada: esto sin crédito supone un ajuste fiscal que implica que el país no tendrá una recuperación importante”.
Sin embargo, Bein consideró poco probable que el Gobierno se mantenga aislado del crédito internacional. “No es tan fácil llegar al oasis por el camino del desierto”, graficó. “Creo que en algún momento buscará la forma de abrirse al crédito para no llevar sobre el ajuste fiscal toda la carga”, dijo.