Ramiro Sosa Navarro, director del IIE, aseguró que la “ganancia” generada a partir de la devaluación de enero se desvaneció por completo en septiembre debido a la baja del valor del real y la alta inflación.
“La competitividad que otorgó a diversas actividades la devaluación del peso ocurrida en enero pasado, después de la devaluación que impulsó Brasil a su moneda en el mes de septiembre, se agotó por completo”, aseguró Ramiro Sosa Navarro, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC), en el marco del almuerzo coyuntural llevado a cabo ayer por esa entidad. “El nivel de competitividad es similar o incluso inferior al de diciembre del año pasado”, agregó.
De acuerdo con el análisis del economista, la ganancia generada en algunos sectores gracias a la depreciación del peso de 23% ocurrida en enero, así como la competitividad, fueron deteriorándose paulatinamente hasta que, en septiembre, fruto de la fuerte devaluación de real, la baja devaluación del peso y la alta tasa de inflación, “se desvaneció por completo”.
Según Sosa Navarro, el atraso cambiario se evidencia en el importante incremento de las ventas de dólares destinados al ahorro que avaló el Banco Central. El economista indicó que durante los primeros 14 días del mes de octubre, la venta de divisa para ahorro fue de 332 millones de dólares, superando así la cifra vendida durante todo el mes de agosto. “Los dólares vendidos por el Central suman más de 2.000 millones en todo lo que va del año”, indicó.
Asimismo, agregó que los gastos en dólares efectuados vía tarjetas de crédito “también se encuentran en ascenso”, ya que en septiembre, el stock adeudado aumentó más de 30%.
“A medida que se profundiza el atraso cambiario, comienzan a activarse viejos mecanismos para fugar dólares”, aseguró el economista.
Perspectivas
El repaso de los indicadores económicos incluyó el de las bajas de las principales actividades (consumo, industria, construcción), a partir de los cuales Sosa Navarro estimó que el año cerrará con una baja de 2,1%.
A partir de allí y teniendo en cuenta las necesidades de dinero para afrontar los vencimientos corrientes de lo que resta de 2014 y todo 2015, que sumarían 14.304 millones, el IIE espera para el último trimestre del año una fuerte emisión monetaria.
“Normalmente, diciembre es el mes cuando más fondos requiere el Gobierno nacional y, considerando el elevado déficit fiscal que se ha presupuestado, sin dudas la cantidad de pesos que el Central deberá emitir será elevada”, indicó.
A partir de allí y suponiendo que no se avecina una devaluación importante, esperan una mayor tensión en el mercado cambiario, con una brecha superior a la actual y un nivel de actividad que no se habrá de recuperar.
Para 2015 trazaron dos escenarios posibles: el primero con arreglo del conflicto con los holdouts en el primer trimestre de 2015, lo que permitiría acceder al mercado de capitales internacionales a tasas más bajas y razonables, con lo que se disminuiría la presión sobre el BCRA y, por lo tanto, menor emisión monetaria y menor presión sobre las importaciones; y la otra, sin arreglo, lo que elevaría la tensión cambiaria, la tasa de inflación, bajaría el nivel de las reservas y aún más el de la actividad. Asimismo, el saldo de la balanza comercial sería inferior, lo que determinaría mayores restricciones para importar, entre otras cosas.
Salario real en baja
En las consideraciones de lo que fue el análisis social, el director del IIE hizo mención a que los incrementos salariales no lograron superar los aumentos de los precios, deteriorando de esta manera el poder de compra de los asalariados. “El salario real sufrió una caída de 3,5% en agosto, teniendo en cuenta la inflación denominada ‘IPC Congreso’, lo que impacta de lleno en los niveles de consumo y, por lo tanto, en el nivel de actividad”, explicó Sosa Navarro. Asimismo, hizo referencia a que el nivel de informalidad laboral continua siendo elevado (33,1% para el segundo trimestre de 2014), se explicó.