Las medidas que impulsa el Gobierno para reactivar el consumo se ven limitadas por una matriz de alta informalidad laboral. Así, los créditos para la compra de autos y paquetes turísticos, y rebajas del impuesto a las Ganancias miran solamente a quienes están en la formalidad.
El objetivo es tratar de mantener el nivel de actividad y morigerar la caída en los niveles de ocupación e ingresos de la población, sin embargo, según Idesa, un aspecto :central: a tener en cuenta es que los incentivos fiscales y crediticios impactan positivamente sólo entre quienes operan en la formalidad.
El empleo en “negro” es la principal fuente de ingreso económico del 50% de los hogares pobres de la Argentina, según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares que mide el Indec.
En economías altamente formalizadas, donde la mayoría de la población paga sus impuestos y tiene acceso al crédito bancario, las medidas promotoras del consumo son un instrumento apropiado para atenuar los efectos negativos de una crisis.
Sin embargo, en un contexto de informalidad laboral, como el de Argentina, resultan “discriminatorias”, ya que la gente más pobre no tienen acceso a estos beneficios, resaltó el informe.
Por ello, para evitar este impacto regresivo es “fundamental” contemplar políticas que operen más directamente en favor de las familias que viven del trabajo informal y que son las de menores ingresos.