Lucila Frend, principal sospechosa de haber asesinado a su amiga Solange Grabenheimer, en enero de 2007, no se presentó a la extracción de sangre a la que debía someterse para cotejar su ADN con el de un pelo hallado sobre el cadáver. La defensa presentó un escrito en el que pidió designar un perito de parte.
Por su parte, la querella afirmó que se trató de una maniobra dilatoria y trascendió que el fiscal solicitará nueva fecha para la extracción y que pedirá se evalúe el traslado por la fuerza pública si falta Frend falta a la cita.
Se determinó que el pelo era femenino por los indicadores de los cromosomas y, al obtenese su patrón genético, se estableció que no era de Grabenheimer. Si el perfil genético de Frend coincide con ese cabello, sería tomado por la fiscalía y la querella como otro elemento indiciario en su contra.
En tanto, la defensa sostiene que un ADN positivo no sería incriminatorio puesto que las jóvene vivían juntas y es lógico que cabellos de Lucila puedan aparecer en cualquier sitio de la casa.