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Por Consultores de Empresas
Los vaivenes económicos afectan los sistemas productivos y, por ende, las políticas de recursos humanos de las empresas. La regla es clara: cuando un contexto económico se retrae comienzan a producirse ajustes y es conocido por todos que uno de los primeros grupos que sufren los coletazos de las crisis es el de los trabajadores. Con sólo mirar nuestra historia reciente podemos confirmar esta aseveración.
Ahora ¿qué elementos permiten conocer cómo se desarrolla esta dinámica? Pues bien, deberemos recurrir a indicadores de la economía real que ayudarán a trazar un mapa de la realidad económico–productiva de nuestro país en la actualidad. Veamos algunos números.
Según datos recientes del Estimador Mensual Industrial (EMI) elaborado por el Indec la producción industrial ha tenido saldos no positivos durante buena parte de 2012: -0,5% en abril, -4,6% en mayo, -4,7% en junio y -2,2% en julio. Conjuntamente a estos datos, un informe elaborado por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) revela que en los ocho primeros meses de 2012 el Índice de Producción Industrial ha registrado una caída de 1% con respecto a igual período de 2012.
El estudio, a cargo del economista Abel Viglione, revela que los sectores más afectados son los de Insumos Textiles (-4,2%), Minerales No Metálicos (-5,1%), Siderurgia (-6%) y, finalmente, el más impactado, Automotores (-13,4%). Si se toma debida nota, se observa que las mayores caídas se han producido en áreas sensibles del sistema productivo, que representan muchas fuentes de trabajo directas e indirectas.
Otro dato importante a tener presente es el Producto Interno Bruto (PIB). Recordemos que éste es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado. Según el Informe de Avance del Nivel de Actividad, elaborado por Indec, el PIB descendió 0,8% durante el segundo trimestre del año, con relación al primero del mismo año, en valores desestacionalizados. Estos datos son también rescatados por el informe de octubre de 2012 del Departamento de Investigaciones del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
Otro elemento a tener en cuenta es el contexto de crecimiento de los costos productivos. Sin entrar en mayores conjeturas sobre el valor actual del índice inflacionario, es importante destacar que el incremento en los costos de producción termina impactando negativamente en la colocación de productos de valor agregado fuera de las fronteras nacionales; reducen los márgenes de ganancia con la consecuente incidencia en la políticas de inversión, y, por supuesto, mina el poder adquisitivo de los trabajadores.
A colación de lo anterior se pueden plantear algunos elementos. Por un lado, la expansión monetaria que produce una abundancia de dinero líquido en el mercado de consumo. Esto, sumado a las restricciones en la compra de moneda extranjera, favorece la compra de bienes de consumo; pero afecta la adquisición de bienes durables que usualmente se convierten en fuente de resguardo ante la devaluación de la moneda.
En definitiva, la excesiva monetización de la economía vuelve cíclico el elemento inflacionario y retroalimenta una rueda que afecta el sistema productivo y, consecuentemente, el mercado del trabajo.
Ahora, ante esta situación, qué hacer desde la gestión de los recursos humanos cuando estamos en un proceso económico que se muestra complicado. Las recomendaciones posibles que surgen son:
1) Cuide a su personal. Cada empresa deberá hacer el análisis pertinente de su balanza de costos pero se recomienda comenzar a recortar primero en otras áreas. En un momento en que el conocimiento es fundamental en el desarrollo y éxito de las organizaciones, tratar de preservar los recursos humanos formados y comprometidos se vuelve crucial.
2) Utilice estratégicamente la variable del personal eventual. Si necesita, por alguna cuestión puntual de su mercado o por la elasticidad propia de cada bien o servicio, puede producirse una mayor demanda que requerirá personal eventual; y contratar el servicio por el período que el cliente estime necesario. Esto le ayudará a entablar una relación laboral más flexible, controlar sus costos y, pasado el temporal, contar con una masa crítica de futuros trabajadores con conocimiento real de su organización para incorporarlos permanentemente, de ser necesario.
3) Contar con la flexibilidad y capacidad de respuesta que tienen las empresas de personal eventual, ya que cuentan con una base de datos propia de postulantes con disponibilidad inmediata, lo que permite acortar los tiempos de búsqueda y cubrir las necesidades, aprovechando también la distribución geográfica, ya que tienen sucursales y puntos de comercialización en distintos zonas del país, lo cual permite una negociación centralizada y atender las necesidades del cliente donde éste lo requiera (selección, informes, contratación, etcétera).
