Las federaciones cooperativas Fecescor y FACE y las asociaciones de empresas solidarias como Arcoop llevan nuevos servicios adonde los monopolios del cable y la telefonía no llegaban. Iniciativas de justicia histórica que buscan cerrar la brecha digital que afecta a pueblos del interior.
Por Javier De Pascuale / [email protected]
Gracias al esfuerzo mancomunado de una decena de cooperativas de servicios públicos de la región sudeste de la provincia, los habitantes de una treintena de pueblos y ciudades cordobeses podrán en los próximos días acceder a servicios básicos de transmisión de datos, entre ellos TV por cable, comunicaciones por celular y acceso a Internet. Hasta ahora, estaban privados de esos servicios en razón de no encontrarse en la línea geográfica que une las grandes urbes argentinas o en su radio cercano y porque su baja densidad poblacional tornaba estos centros urbanos poco atractivos para la inversión en infraestructura de servicios por parte de los monopolios del cable, la telefonía e Internet.
No es un secreto que en muchos lugares del país no existe posibilidad alguna de gozar de los beneficios de las nuevas tecnologías de la información. Hace pocos días, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informaba sobre el récord de conexiones domiciliarias a Internet existentes en el país: casi 9,8 millones de usuarios hoy acceden a ese servicio, mostrando un crecimiento de más de 50 por ciento en los últimos doce meses.
Sin embargo, el mismo informe mostraba la inequidad territorial en el acceso a la web, que hoy puede ser considerado un derecho básico para las familias con hijos: mientras en la Capital Federal casi 77 por ciento de los hogares está conectado, en el Chaco no supera 4 por ciento. Incluso el mismo fenómeno de inequidad en la distribución territorial de los accesos sucede al interior de cada provincia.
Mientras en la ciudad de Córdoba se calcula que la mayoría de los hogares accede a la red, en el interior todavía existen “zonas muertas” de conexión. Se caracterizan por ubicarse a 250/300 kilómetros de la capital provincial, a más de 50 kilómetros de cualquier tendido privado de fibra óptica y por la baja densidad poblacional. Si no fuera por las cooperativas que vienen formando los propios vecinos hace ya más de 70 años, nunca hubieran podido prender un foquito de luz o conocido el teléfono, o siquiera imaginar la posibilidad de ver señales internacionales de televisión, como hoy muchos lo hacen.
No obstante, la “brecha digital” que separa a estos miles de cordobeses de las posibilidades de la transmisión de datos (caracterizada como uno de los factores del desarrollo, hoy, por agencias de Naciones Unidas) crece al mismo ritmo que se expanden los beneficios de las nuevas tecnologías. La ausencia de la inversión pública y privada en la materia condena a grandes regiones del país a mantener su vieja estructura productiva, educativa, social y administrativa, privándolas de los avances que se registran en el comercio electrónico, el aprendizaje colaborativo en línea, el acceso a información de todo tipo y los beneficios del e-government, entre una multiplicidad casi infinita de bondades que acarrea el simple hecho de poder acceder en condiciones económicas y equitativas a la transmisión de datos desde las terminales locales.
El avance del plan Argentina Conectada, que prevé el tendido de 58.000 kilómetros de fibra óptica por todo el país, precisamente viene a subsanar este déficit del Estado. Pero la construcción es lenta y comienza por las regiones más postergadas, entre las cuales no están las pequeñas ciudades de la pampa húmeda cordobesa. Es por esta razón que, tanto organizaciones que forman parte de Fecescor como de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE) -las dos federaciones que agrupan las cooperativas eléctricas y de servicios públicos de Córdoba (son más de 200)- han ensayado diversas formas de asociación empresarial para completar tendidos de fibra óptica que ya suman muchos kilómetros a lo largo de toda la provincia.
A pulmón, con fondos propios, aprovechando ingeniería local y creando trabajo cordobés, lo hacen utilizando los tendidos de la red de alta tensión o los postes del servicio eléctrico domiciliario porque bajan sensiblemente los costos del tendido subterráneo, que cuesta siete veces más. Mientras que las tareas de zanjeo para extender los cables de fibra óptica cuestan entre 10 y 14 dólares por metro lineal, en los tendidos aéreos baja a 1 ó 2 dólares por metro.
La Red Digital Regional Sur de Córdoba, hecha por Fecescor en 2006 con recursos del fondo fiduciario para telecomunicaciones, permitió acceder a una tasa de financiamiento de 6% anual, con un año de gracia, en pie de igualdad a las tasas que conseguían internacionalmente Telefónica y Telecom en aquel momento. La red está operativa desde fines de aquel año y brinda Internet a unos 65.000 habitantes de poblados en torno a los 300 kilómetros de tendido en el sur cordobés. Pasa por localidades como Coronel Moldes, Vicuña Mackenna, Del Campillo, Mataldi, Jovita, Serrano, Melo, Laboulaye y Huinca Renancó.
El mismo camino siguieron otros. Las cooperativas integradas en la Asociación Regional de Cooperativas -Arcoop- (13 organizaciones), desde el pasado 7 de abril están ejecutando la obra de tendido de fibra óptica que conectará las localidades de Ucacha, Bengolea, Chazón, Etruria, La Laguna, Ausonia, Santa Eufemia y Los Cisnes, hasta ahora privadas del servicio, las cuales suman 40.000 habitantes. “Las obras están a punto de concluir, a fin de mes estarán listas y próximamente tendremos nuevos servicios”, afirma orgulloso Aldo Truant, secretario de FACE y uno de los responsables del proyecto.
En total, desde noviembre próximo son más de 100.000 los cordobeses que podrán acceder a conexiones de banda que permitan llevar a los lugares más olvidados por los monopolios del cable y la telefonía, servicios de última generación, esta vez administrados por los propios vecinos mediante sus organizaciones empresariales democráticas: las cooperativas.