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Las instalaciones de alarmas en viviendas y comercios aumentó 10%, mientras que los circuitos cerrados de TV lo hicieron 30% en relación con el año pasado. La tecnología se perfecciona con infrarrojos de mayor calidad y conexión GPRS.
A contramano de la mayoría de los sectores comerciales que registra desaceleración en su actividad como producto de la caída general del consumo, hay uno que sigue creciendo con pie de plomo. Se trata de los proveedores de sistemas de alarmas de seguridad, cuya motorización no depende de los rindes del Producto Interno Bruto (PIB) sino de los indicadores de la seguridad, que en nuestro país están en efervescencia.
Según estimaciones de la Cámara de Empresas de Seguridad Electrónica del Centro, más de 50% de la población de la ciudad de Córdoba hoy posee en sus hogares o comercios algún tipo de sistema electrónico de seguridad, lo que en la provincia se traduce en 35%.
“En las grandes urbes la inseguridad es mayor en relación con las localidades con menor cantidad de habitantes”, explicó el flamante titular de la entidad, José Luis Armando, de Distribuidora Atlas, representante en Córdoba de alarmas X28.
En relación con el año pasado, se han instalado 10% más de equipos -entre viviendas familiares y comercios- en toda la provincia, según registros de las 15 empresas nucleadas por la entidad.
La tecnología acompaña la alta demanda. “Los sistemas de alarmas vienen cada vez más seguros y eficientes para sensar la presencia del intruso. Las nuevas versiones cuentan con infrarrojos de cruces y mapas térmicos por sectores”, indicó Armando.
Otra tecnología que está dando muy buenos resultados es la conexión GPRS o servicio general de paquetes vía radio (extensión del Sistema Global para Comunicaciones Móviles -GSM- para la transmisión de datos no conmutada o por paquetes), que facilita la comunicación (desde la vivienda o comercio a casa central, en caso de monitoreo) a través del celular, superando la antigua versión cuyo contacto se realiza a través de la línea de telefonía fija.
En proceso
Las empresas proveedoras se abastecen con sistemas fabricados en Argentina y en el mercado internacional. “Como estamos teniendo problemas con las importaciones, hay muchas que se ven obligadas a recurrir a la industria nacional. Así, las firmas locales han iniciado un camino para alistar su producción de tal manera que pueda ser compatible con los sistemas de alarmas importados”, amplió el empresario. Un kit básico de alarma domiciliaria parte de $1.500 e incluye la central con teclado, batería y el sistema de sensoreo, dos infrarrojos y dos magnéticos.
Mayor auge se está observando en el montaje de los circuitos cerrados de televisión (CCTV) , que del año pasado a éste han crecido 30% en toda la provincia, impulsados por los comercios que los adoptaron como opción.
El kit básico contiene una central DVR, que es la que permite grabar la información que toman las cámaras de video, cuatro cámaras de seguridad y un disco duro. “Ahora la DVR no se conecta más a una PC sino que se instala directamente en la red de computación de las empresas”, añadió. Los precios parten de $5.000 y con instalación alcanzan $6.000.
Un subrrubro que ha caído casi 20% es el que compete a la instalación de alarmas de seguridad para automóviles. Se debe a que 20% de los vehículos ya incluyen estos equipamientos electrónicos desde fábrica, como así también otro 10% que lo trae desde las concesionarias.
