Por Ramiro Fadul / Coordinador técnico Programa BID/FOMIN PTI-COMEX- [email protected]
En diciembre del año 2011, la Asamblea General Ordinaria del Cluster Córdoba Technology puso en marcha el plan estratégico presentado por Daniel Lempert, en el cual se planteó la necesidad de la especialización del sector para lograr su internacionalización. Pero, ¿qué significa esto y cómo se materializa?
En lo que respecta a la teoría, una de las primeras personas en destacar la importancia de la especialización fue Marshall, quien en 1890 publicó la obra Principios de Economía, en la cual señaló que la coexistencia en un área de empresas pertenecientes a un mismo sector facilita la aparición de un mercado de trabajadores cualificados más amplio y flexible, en el que los costos de búsqueda son más bajos tanto para los empresarios como para los trabajadores. Este intercambio de trabajadores, junto con las relaciones formales e informales que posibilitan la cercanía de las empresas, favorecen la difusión del conocimiento y el intercambio de información. A partir de estas ideas seminales de Marshall surge casi un siglo más tarde el concepto de “cluster”.
Esta difusión del conocimiento y el intercambio de información es lo que facilitaría una mayor innovación del sector. A mayor innovación, mayor el valor agregado de los productos y con ello es más fácil lograr la internacionalización de la empresa, es decir, comerciar con el resto del mundo.
Pero, ¿cómo se logra esto en la práctica? La realidad muestra que especializarse en una actividad requiere de una fuerte inversión y no todas las empresas disponen de los fondos para poder llevarla a cabo. Además, muchas veces el gasto en investigación, desarrollo e innovación en una empresa no genera los logros esperados, lo que se traduce en un alto costo para ella. No es un resultado deseable, a los ojos de accionistas y patrocinadores, saber que se destinaron años de presupuesto en I+D+i y luego no se obtuvieron resultados que contribuyeran a la rentabilidad de la empresa.
Éste es el riesgo que corre una organización que busca la especialización de sus actividades mediante la innovación para lograr, luego, la internacionalización de sus productos.
Sin embargo, hay clusters en el mundo que han conseguido disminuir este riesgo. Éste es el caso de Gaia, el cluster tecnológico del País Vasco. Ellos han logrado apalancar los gastos en I+D+i con fondos que provienen del Estado y de la Unión Europea. Con esto permitieron que 10% de la facturación de las empresas del cluster se invirtiera en I+D. Es así que han desarrollado algunas especializaciones en las que se destacan a escala mundial, como electricidad, educación, turismo, justicia y transporte.
Actualmente comercian con India, EEUU, China, resto de Europa y América Latina y el sector alcanza una facturación cercana a 3.000 millones de euros.
Hay varios fondos para la investigación en tecnología. Uno de los más interesantes es el Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea, un fondo que destina más de 9 mil millones de euros para programas de cooperación para el sector TIC. Para acceder a dichos fondos hay que desarrollar proyectos que involucren más de una entidad, en los cuales debe haber empresas, centros de investigaciones y universidades.
El camino seguido por el País Vasco es claro. La innovación es uno de los factores que permite la internacionalización. La asociatividad entre universidades, institutos y empresas ayuda a acceder a fondos para disminuir los costos de la investigación y desarrollo y así lograr una innovación creciente en el sector.
Experiencias como Gaia podrán encontrarse en el JoinClusters, primer congreso internacional de especialización de clusters, que tendrá lugar en Córdoba el día 20 de septiembre. Lugar donde las empresas del sector podrán descubrir diferentes caminos para alcanzar la especialización sin fracasar en el intento.