ESCUCHAR
Políticas gubernamentales y privadas se unen para posicionar la industria tecnológica entre las primeras del mundo. Banco de Proyectos promueve la competitividad de las pymes y la sostenibilidad de los clusters.
Colombia es otro de los países de América Latina que reúne sus esfuerzos públicos y privados para convertirse en un polo de producción de software. En aras de crear lazos de filiación y compartir experiencias enriquecedoras con las empresas del sector TIC local, semanas atrás dos referentes de la industria pasaron por Córdoba y plasmaron sus conclusiones.
Albeiro Cuesta, gerente de Fortalecimiento de la Industria TI dependiente del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia, y Brigitte Mayorga, presidente de ESICenter Siner TIC Andino, dialogaron con Comercio y Justicia.
-Cómo creadora del Cluster de Bogotá y actual directora de la Fundación ESICenter Siner TIC Andino, ¿De qué manera se gestó la iniciativa del Banco de Proyectos como una forma de lograr sustentabilidad dentro de los clusters?
– Partiendo de las experiencias, los golpes y fracasos consideramos necesaria la instancia de conducir a las empresas a la reinvención, es decir, a la posibilidad de crear productos y servicios que no compitan con ellas sino que aporten valor agregado. A partir de la asociatividad, las empresas pueden volverse competitivas y llegar a mercados a los cuales de manera individual no pueden. En el cluster creamos productos que se promocionan desde la entidad y que permiten beneficiar a varias empresas del grupo, al tiempo que dejan regalías para la sostenibilidad de la asociación empresaria. Por estatuto, todos los nuevos productos y servicios generados por la unión e integración de los clusters dejan regalías -que se generarán a futuro- de 2%.
Para lograr una mejor gestión hay que apostar al corto, mediano y largo plazo. En primera instancia se deben buscar servicios para las empresas, como en el área de capacitación o certificaciones de calidad que les permitan acceder a recursos, como así también, aporten al cluster un aumento en el flujo de proyectos.
-Para la generación de proyectos es necesario contar con recursos humanos altamente capacitados. ¿Cómo lo logran?
-La idea es crear capacidades en los mismos clusters, tenemos un proyecto que persigue la inclusión de un consultor por cada cluster, que sea capaz de orientar en temáticas específicas como el caso de las exportaciones.
– Cómo funcionario del Ministerio de Tecnologías, ¿cuál es el aporte del gobierno en el desarrollo del sector asociativo tecnológico?
– El ministerio tiene definida una estrategia para el fortalecimiento de la industria TIC en el país con el objetivo de convertirla en polo a nivel mundial. Se manejan ocho ejes que se asientan en la división estratégica del sector, en los emprendimientos, calidad, infraestructura, asociatividad, normatividad y talento humano. Tenemos en claro que la asociatividad es la vía más segura y certera para trabajar con los empresarios del sector TIC, que en el mundo está formado por pequeñas y medianas empresas. Es un tema que estamos trabajando en todos los niveles, nos interesa que los clusters puedan fortalecerse. Por ejemplo, destinamos 380 mil dólares al desarrollo de planes estratégicos para los seis clusters del país que trabajan en software. Bajo la dirección de un consultor especialista buscamos definir elementos estratégicos que permitan dinamizar al sector.
Además, estamos convencidos de que América Latina será punta de lanza en la industria del software y por eso acentuamos las relaciones internacionales con el objetivo de compartir conocimiento y generar sinergia comercial.
-¿Cómo está compuesto el mapa tecnológico de Colombia?
– Tenemos seis clusters en nuestro país, cerca de 3.200 empresas se dedican al negocio pero como la asociatividad todavía es incipiente, sólo 250 se encuentran integradas a algún modelo de este tipo. Estamos armando un observatorio para caracterizar a la industria que genera por año 2.600 millones de pesos colombianos. Al mismo tiempo, entre las decisiones importantes, cabe recordar que este año se ha creado el Viceministerio de Software, como muestra de que es voluntad del gobierno impulsar este negocio.
-¿Qué políticas están implementando en materia de recursos humanos?
– Sabemos que la masa crítica de la industria es una problemática a escala mundial, por eso hemos implementado un plan de choque, por el que a partir de alianzas con empresas multinacionales como Apple, Microsoft, Adobe, entre otras, capacitaremos a personal en tecnologías para el desarrollo de aplicativos móviles. Este plan previsto para el mediano plazo plantea la generación de un instituto de educación que capacitará en nuevas tecnologías y de manera masiva a recursos humanos del país.
A su vez, lanzamos el programa Talento Digital, que prevé la formación de técnicos, tecnólogos, profesionales y masters en desarrollo de software. Al mismo tiempo, ideamos un modelo de formación con el Ministerio de Educación para que desde la educación primaria y pasando por todos los niveles, podamos formar recursos especializados en la industria tecnológica acorde con las demandas del mercado.
-¿ Cuál es el perfil del sector tecnológico del país, su especialización?
– Si queremos ser buenos en la industria del software, tenemos que ver en qué y en dónde, de acuerdo con las capacidades endógenas de cada región. Por eso es que estamos haciendo un estudio del sector para reconocer en dónde puede haber una mayor potencialidad de negocios. Previo a ello, podemos decir que la mayoría de las empresas se abocan hoy a los desarrollos “a medida”.
-En función de la vinculación de los clusters de cada país ¿qué posibilidades de negocios avizoran con Argentina?
– Las chances son vastas, podemos generar productos en conjunto y armar alianzas comerciales. Para ello estamos desarrollando un estudio de competitividad que nos permitirá reconocer qué tipo de productos podrán tener impacto en el mercado y en función de ello, con quiénes nos podríamos aliar. Estamos en el proceso de armado del marco competitivo para el desarrollo y la inversión en conjunto.
