La ciudad chubutense ofrece un sinfín de opciones para disfrutar de unas vacaciones diferentes en un sitio donde reina el contacto con la fauna, la flora y la historia del lugar.
En verano, Puerto Madryn también tiene para ofrecer una variada propuesta de playas y balnearios para quienes gustan de disfrutar el sol y el mar.
Su ubicación de privilegio frente al Golfo Nuevo crea un arco de arena y mar, con características diferentes para todas las edades, donde reinan valores como la tranquilidad, la seguridad y la limpieza.
Al llegar, lo mejor es pasar por la Secretaría de Turismo, ubicada en avenida Roca 223, y conseguir un mapa para identificar y planear la visita a los diferentes balnearios y principales atractivos.
Bernardino Club de Mar, por ejemplo, es el primer balneario frente a Madryn que ofrece todo un abanico de actividades deportivas, incluyendo una escuela náutica infantil en la que los veraneantes pueden practicar actividades como kayak y windsurf.
Entre las opciones también se destaca Yoaquina, otro espacio frente al mar que tiene una galería con mesas y juegos infantiles para amenizar las jornadas de sol y agua.
Además, todos los fines de semana las secretarías de Deportes y de Turismo organizan actividades al aire libre en los balnearios, y espectáculos musicales y teatrales.
Difícilmente el sol no brille sobre Madryn todo el verano, pero los días nublados son más que bienvenidos porque permiten disfrutar muchos otros lugares ideales para el paseo familiar.
Uno de ellos es el Ecocentro, un espacio recreativo y centro de interpretación enclavado sobre un acantilado a orillas del mar, que ofrece un acercamiento distinto a la naturaleza.
Para los chicos, tiene una sala especial, con una biblioteca donde pueden leer y jugar a sus anchas. Lo más impactante del lugar es la visita a la nueva sala de ballenas, donde se escuchan en silencio los sonidos del mar.
También se destaca el Museo Oceanográfico, situado en un chalet histórico del centro de Madryn, conocido como Chalet Pujol. La muestra es didáctica e interesante; los más chicos en particular se quedan fascinados con el calamar gigante, la sala de los peces y los mamíferos marinos.
Para los amantes de los dinosaurios, el Museo Feruglio es el ideal y el referente continental en la materia, situado en el centro de Trelew. Pero sólo los más chicos, de hasta 12 años, pueden sentirse como adentro de la película “Una noche en el museo” gracias al programa Exploradores en Piyama. La propuesta los invita a quedarse a dormir dentro de las salas, realizando un recorrido nocturno con linternas y aprendiendo mientras juegan, sobre el fantástico pasado de los dinosaurios patagónicos.
Otro sitio interesante para visitar en verano es Punta Cuevas, hacia el sur de la ciudad. Creado por la erosión causada por el mar, donde se refugiaron los primeros colonos galeses que llegaron a las costas, cuenta también con balnearios, todos con guardavidas, como Las Dunas, Maminas y Vesta -con un buen restaurante de pescados y mariscos para almorzar con vista al Golfo Nuevo, además de los servicios gastronómicos básicos propios de todo balneario-.
Aquí se ofrecen actividades náuticas y recreativas, acompañadas por variados espectáculos musicales.