Las pequeñas y medianas empresas, que conforman 99% del aparato productivo de la región, deben integrase productivamente para poder hacer frente a la crisis internacional
Natalia Riva / [email protected]
El asociativismo y la integración productiva de las pequeñas y medianas empresas es -según coincidieron distintos especialistas que disertaron en el VI Congreso Nacional de Economía Solidiaria y Asocitivismo Pyme- la única manera posible de enfrentar la crisis internacional, ubicando así el sector de las pequeñas y medianas empresas en un rol abosolutamente estructural.
“La crisis mundial obliga al mundo entero a buscar formas de cooperación y complementación. Ningún país, grande, pequeño o mediano puede hacerle frente a la crisis si está solo. En consecuencia, el concepto de la integración es un concepto que no está en debate. Lo que sí está en debate es qué modelo de integración. Lo que entró en crisis en el mundo es un gigantesco tratado de libre comercio que se ejecutó sin la firma de los Estados y que estalló”, explicó a Comercio y Justicia Hugo Varsky, coordinador general de Integración Productiva y Pymes del Mercosur.
En este conexto, Varsky planteó la necesidad de “encontrar formas más profundas -no sólo comprarnos y vendernos- sino determinar cómo sumamos nuestras capacidades productivas” para poder defender los mercados y para poder acceder a terceros mercados. “Vivimos en una zona del planeta que tiene todo lo que necesitamos: agua dulce, biodiversidad, minerales, energía, alimentos. Estas commodities serán nuestras si les agregamos valor. Si son intereses extranjeros los que le agregan valor de ellos será esa riqueza. Es necesario que nuestro aparato productivo les agregue valor. Y nuestro aparato productivo, en 99 por ciento, son pequeñas y medianas empresas”, completó el coordinador del Mercosur.
Reconocerse como pyme
Desde una visión más local, para Juan De Biasi, representante de la Asociación y Mutual Pyme, las pequeñas y medianas enpresas deben entender la importancia de asociarse. “Ante todo debemos reconocernos a nosotros mismos, los empresarios pyme, saber que existimos y que somos capaces de comprarle a otra pyme, situación que muchas veces no sucede: no nos compramos entre nosotros”, dijo De Biasi.
Luego agregó: “Somos una herramienta muy chiquitita pero si nos juntamos y nos asociamos con propuestas concretas, seguro que pasamos a ser una herramienta muy importante”.
En este sentido, el directivo planteó la importancia de determinar en qué lugar de la cadena productiva se encuentran las pequeñas y medianas empresas y qué cantidad de Producto Interno Bruto (PIB) mueve este segmento de empresas. “Porque si nos reconocemos también en esto, nos vamos a dar cuenta de que tenemos un lugar muy importante y a partir de esta realidad, se nos va a transformar en un compromiso realizar acciones productivas”.
Articular sectores
En palabras de Varsky, lo que se necesita para resolver los desafíos de una integración productiva es la articulación de cuatro sectores: el sector productivo en sus diversos matices (que incluye principalmente las pymes), el sector público, el científico-tecnológico y el financiero.
“¿Cómo se está trabajando hoy? Desde el 2008 en el Mercosur se aprobó el primer porgrama de integración productiva. Desde el punto de vista sectorial, trabajamos temas específicos para complementar la capacidad en los sectores aeronáutico, naval, petrolero, autopartista, de energías alternativas y alimentario. Y lo hacemos con el concepto de sumar las capacidades que existen en los distintos países agregando a la cadena de valor que está conformada por las micro, pequeñas y medianas empresas”, sostuvo el coordinador.
En relación con los planes para la provincia de Córdoba, indicó que buscará realizar a fines de octubre, en Brasil, una integración productiva con una delegación cordobesa del sector aeronáutico -Fábrica Argentina de Aviones (Fadea)- para hacer acuerdos en el ámbito regional.
Si hay decisión política
“El Banco del Sur podrá estar en funcionamiento en dos de meses”La posibilidad de una autonomía financiera para la región de América Latina también se debatió en el Congreso. En este marco, Pedro Paéz, presidente de la Comisión Técnica Presidencial ecuatoriana para el diseño de la nueva arquitectura Regional Banco del Sur, aseguró a este medio que “es la crisis financiera internacional la que genera los mayores problemas y las mayores amenazas sobre la estabilidad macroeconómica, financiera y democrática en la región”.
Páez agregó que existen “condiciones absolutamente viables en el cortísimo plazo -uno o dos meses- para que los bancos centrales de la región puedan tener una conexión directa, sin pasar por los Estados Unidos, sin pasar por la compra del dólar, sin pasar por los bancos privados”. “La propuesta del Banco del Sur es poder tener a nuestra disposición un arsenal de posibilidades que no sólo sirvan a nuestros intereses concretos sino que, además, establezcan una red que defienda los negocios saludables”, completó.
Y finalizó: “Por eso es avanzar con prontitud hacia la construcción de una nueva arquitectura financiera que permita cambiar la relación entre las finanzas y la producción, generar políticas domésticas de pleno empleo y tener un mejor manejo de los recursos, sobre todo movilizando los recursos internos sin tener que estar permanentemente a la defensiva frente a las posibilidades de ataques especulativos”.