Tímido regreso del bipartidismo en una reñida elección, que puede generar una profunda crisis del juecismo. Previsible mejora de la calidad institucional local, fin de la crisis municipal e inicio de una gestión unificada, algunas líneas de análisis del día.
Por Javier De Pascuale / [email protected]
La jornada electoral vivida ayer en Córdoba capital marcó el inicio del fin de la crisis en el gobierno municipal cordobés. Una crisis, en primer lugar, política, que estalló incluso antes de que el actual intendente, Daniel Giacomino, asumiera sus funciones hace casi cuatro años y que se expresaría en el enfrentamiento durante ese lapso entre éste, su viceintendente Carlos Vicente, y el líder de su fuerza política Luis Juez, así como en la pérdida de la mayoría propia en el Concejo Deliberante.
Crisis política que coincidió desde marzo de 2008 con la crisis económica que se apoderó también de las arcas fiscales de Nación y Provincia y que se consolidó claramente después como una crisis de gestión, palpable hasta el día de hoy en las fallas de diversos servicios municipales.
Final de crisis que no está vinculado, entonces, con la victoria de Ramón Mestre sino con el recambio político liso y llano. Con la renovación, a partir del 10 de diciembre, del banco de ediles y el regreso a la mayoría propia que otorga la Carta Orgánica Municipal al intendente en el cuerpo legislativo.
Incluso más allá de que la reñida elección vivida ayer marcara el menor porcentaje logrado por un intendente cordobés desde la recuperación de la democracia.
Pero el nivel de calidad institucional al que estamos acostumbrados los cordobeses puede mejorar no sólo por el fin de la crisis sino previsiblemente por la llegada al gobierno municipal de un equipo con amplia experiencia en la gestión, en particular con la municipal. Unos 70 ex funcionarios de las gestiones de Ramón Mestre (padre) y Rubén Martí se integrarían al gobierno a partir de diciembre, y del listado de integrantes del “equipo” propuesto por el intendente electo en su página web www.ramonmestre.com, nada menos que 55% son funcionarios o ex funcionarios de gobierno, en su mayoría de la Municipalidad.
Se anuncia entonces una gestión unificada en torno de un liderazgo hasta ahora indiscutido, así como ordenada por un programa de gobierno que viene desarrollando personalmente Mestre desde el año 2005. Atributos que se sumam al de la experiencia gubernamental de su equipo.
Una observación detallada de ese equipo revela fuerte presencia de profesionales de la abogacía (16% de los colaboradores de Mestre son letrados), ingeniería (10%), contaduría y administración de empresas, además de reconocidos gestores culturales, como Francisco “Pancho” Marchiaro, o líderes de institutos universitarios de gestión pública, como Carlos Lucca, entre otros.
Ordenamiento de las finanzas municipales, mayor eficiencia de la obra pública y de los servicios, fuerte política cultural son entonces algunas de las líneas de trabajo que privilegiará la gestión Mestre a partir de diciembre.
Sólo un enfrentamiento muy fuerte con el Sindicato Único de Obreros y Empleados Municipales (Suoem) o el improbable estallido de una crisis política al interior del espacio radical pueden convertirse en los talones de Aquiles de una gestión que debería andar sobre ruedas, en contextos económicos -internacional y nacional- muy favorables, y político, de grave crisis de las fuerzas opositoras al radicalismo. Ya ayer el propio líder del Suoem, Rubén Daniele, se expresaba prudente ante los medios sobre la relación futura con el jefe del Ejecutivo electo, atribuyendo a “la campaña” los dichos negativos de Mestre respecto de los municipales y anticipando que habrá “diálogo”. Recordemos que bajo la administración Mestre se producirá un recambio de autoridades en el Suoem, que puede anticipar cambios ya que Daniele ya anticipó su retiro.
Las lecturas de la política
Por el lado político, el 18 de septiembre de 2011 quedará para la historia posiblemente como el día en que comenzó a desestructurarse el juecismo provincial y se inició la recuperación del bipartidismo que reguló la vida política de los cordobeses por buena parte del último siglo.
Todo el radicalismo nacional exhibirá ahora como ejemplo nacional que puede gobernar la ciudad más importante del interior del país, de modo que la estructura íntegra del centenario partido estará decidida a apoyar al nuevo jefe comunal, dato que no será desaprovechado tampoco por el gobernador electo José Manuel De la Sota, para integrarlo a su política de alianzas con vistas a 2015.
Por su parte, el espacio justicialista confirmó ayer su fuerte vigencia en el electorado, al tiempo que ratificó la crisis de su estructura institucional. Los dos candidatos que expresaron el peronismo -Olga Riutort y Héctor Campana- sumaron más de 48% de los votos y fue ayer la segunda vez que Riutort superó en votos a la lista oficial del Partido Justicialista, con un armado propio. La hoy dueña del segundo bloque legislativo comunal (tendrá 7 concejales) dijo ayer que “el peronismo de Córdoba soy yo”, y los números no la desmienten. A pesar del furioso vuelco de obras públicas por parte de la administración provincial en la capital, a pesar de la presencia personal del gobernador en la campaña así como la de su mujer -hoy concejal electa- y a pesar de una millonaria inversión en publicidad de campaña a favor del vicegobernador Campana, el aparato partidario justicialista apenas superó 20 por ciento de votos.
Pero el dato político central de los comicios municipales es que se rigió por una lógica propia, más atada a la opción independiente del votante que a la influencia de las estructuras políticas provinciales. En la misma ciudad en la que hace 5 semanas ganó el justicialismo de De la Sota, en la misma ciudad en la que la presidenta Cristina Fernández logró 30% de los votos, ayer ganó el candidato de la Unión Cívica Radical.
El correr de los próximos días confirmará o desmentirá si el juecismo inicia su desestructuración; si el justicialismo asume el fracaso de su “aparato” y el liderazgo de Riutort; si el bipartidismo efectivamente vuelve para quedarse… Lo cierto es que pasada la valla electoral, los vecinos de Córdoba decidimos un nuevo gobierno para que se haga cargo de una ciudad en grave situación.