Por Luis Esterlizi (*)
La realización y firma de un pacto hoy en Argentina necesita inevitablemente tener en cuenta las siguientes pautas:
- Considerando la integralidad de la crisis que padecemos, el pacto debe ser abarcativo en lo político, económico y social y en los órdenes nacional, provincial y municipal, conformando un compendio de acuerdos y compromisos que enfrente y supere sus efectos nocivos, equilibre las responsabilidades y aportes que se necesitan del sector político, de las entidades económicas, laborales y productivas y sociales, o sea de la sociedad en su conjunto.
- Para ello, lo primero a acordar es la realización previa de un ámbito de coincidencia y convivencia nacional, en el que las autoridades públicas y entidades que representan a los distintos sectores organizados de la sociedad definen los ejes temáticos que deberán consensuarse en el pacto, ya que si no hay acuerdos en lo general, será imposible alcanzar soluciones integrales.
- Tampoco es posible establecer estos acuerdos o pactos en el orden interno de un país, sin que autoridades estatales y el sector privado analicen geopolíticamente el contexto mundial, cuando se discuten propuestas que buscan darle continuidad al protagonismo de un poder mundial unipolar, mientras otras potencias y países en desarrollo buscan conformar un nuevo orden mundial multipolar.
Si se tienen en cuenta estas consideraciones, interpreto que a Milei nada de eso le interesa porque no cree en la democracia y mucho menos en la participación permanente del pueblo organizado en la toma de decisiones esenciales.
Milei convoca a dicho pacto en forma claramente autocrática, conteniendo los puntos que a él le permitan avanzar en su estrategia disruptiva, que -como hemos comprobado- persiste en su intención de minimizar o aniquilar funciones del Estado e impedir -esencialmente- que el pueblo organizado participe de estas decisiones estratégicas.
Todo esto está claramente planteado desde su primer día como presidente, ya que lleva más de cinco meses gobernando por medio de DNU, sin que ninguno recibiera dictamen aprobatorio del Congreso de la Nación, avanzando con el cierre de organismos del Estado, cesanteando a empleados, quitando ingresos a las provincias y universidades como a la educación pública, suspender la ejecución de obras públicas, etcétera.
Además, en el plano internacional, mediante relaciones inconcebibles con EEUU, Inglaterra e Israel, firma concesiones con las Fuerzas Armadas estadounidenses para el control del canal de Magdalena, la zona de pesca en las aguas del Atlántico Sur, la construcción de un puerto en Tierra del Fuego, solicitando al mismo tiempo el ingreso de Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) e incorporándonos ipso facto dentro del conflicto Ucrania vs. Rusia y apoyando a Israel en el genocidio palestino.
Como broche de oro de esta escalada ideológica y geopolítica inesperada de Milei, en su último viaje no oficial a España, sustentando el cargo de Presidente, participa como uno de los oradores centrales en la convención del partido de la ultraderecha europea Vox, generando un conflicto con España al atacar directamente al presidente del Gobierno de ese país, Pedro Sánchez, y a su señora esposa.
El pacto que propone Milei
El pacto de mayo, junio o julio contiene 10 puntos que aparentemente serán tratados con gobernadores, legisladores y distintas expresiones políticas y sectoriales, siempre y cuando el Congreso apruebe la ley “Bases”, que con aviesas intenciones encierran disposiciones como el RIGI, que favorecen a las grandes inversiones extranjeras que superen 200 millones de dólares no sólo para extraer y exportar nuestros recursos estratégicos y energéticos (petróleo, gas, litio y energía nuclear) sino también para adquirir empresas emblemáticas, (YPF, Aerolíneas, Correo, etcétera), con la posibilidad de invertir en la adquisición de grandes complejos industriales y agropecuarios.
De esta manera, Milei, con su forma discrecional de manejar el poder como si él fuese el Estado mismo, realiza claramente ipso facto la imposición de sus autoritarias políticas públicas en lo económico y financiero, dejando de lado y no haciendo ninguna mención del trabajo y producción nacional y la enorme caída del mercado interno, ámbito natural para el crecimiento y desarrollo de las pymes que aportan más de 70% de la mano de obra.
La estrategia de Milei
Esto es claramente lo que Milei intenta con Argentina, al pauperizar su planta laboral, acabar con el desarrollo industrial y tecnológico, comenzando con el ajuste establecido mediante la recesión autoinfligida y la introducción de productos importados.
Sin embargo, se avizora un cambio “al aflojar la acción recesiva” y -en contradicción con sus planteos originales- propone inversiones del Estado en algunas obras públicas y devolver parte de las coparticipaciones impositivas a las provincias, siendo su verdadera intención buscar una última posibilidad de negociar con los gobernadores y conseguir finalmente la aprobación de la ley “Bases”, hecho que finalmente daría lugar al famoso pacto.
Es posible comprender su estrategia porque los gobernadores fueron elegidos por sus pueblos para nuevas gestiones y de alguna manera armaron sus programas de gobierno según los recursos que se contaban como seguros, sobre todo las coparticipaciones actualizadas por inflación.
Pero Milei no hizo este programa de gobierno pensando sólo en arribar al déficit fiscal cero, más allá de que ese tema fue central en su campaña electoral y que realmente no se consiguió ya que no se computaron deudas a YPF y a Cammesa. Además, el otro compromiso importante era cumplir con los pagos al FMI, los cuales tampoco fueron cubiertos del todo, pero se le dio la posibilidad de suscribir un nuevo acuerdo.
En definitiva, estos enjuagues financieros le permiten hoy devolver parte de las quitas a las provincias que tienen el peso de las decisiones en el Congreso, usando estas devoluciones como moneda de cambio, obligando a los gobernadores a aceptar sus imposiciones.
En estos acontecimientos quiero que analicemos con objetividad que existen provincias que tienen posibilidades y recursos propios que les permiten acomodar mejor sus presupuestos, como pueden ser Buenos, Aires, las provincias petroleras, la región centro que integran Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, pero vaya a saber qué pasará en otras.
Ante la perversa realidad política, económica y social que padecen millones de argentinos y los graves acontecimientos sociales que se desataron en estos días en Misiones y que parecen extenderse a otras provincias, vemos que Milei los ignora olímpicamente, mientras baila y canta en un Luna Park colmado de fanáticos seguidores.
Conclusiones
Milei, con su accionar pragmático busca de cualquier modo el poder que necesita para avanzar en su objetivo de máxima, evidenciando su enorme insensibilidad y violencia. Dichas formas de actuar suelen utilizarlas importantes políticos o personalidades con mucho poder, sin que les importe ser considerados antisociales, mientras desconciertan y confunden.
Este modo de dominar al contrincante que utiliza Milei para gobernar autocráticamente no admite discusiones o reparos y, aunque muchas no llegan al público, magnifícándolas estimulan sentimientos y pasiones, mientras en otros generan repulsión, según cómo reciben las consecuencias de sus decisiones.
Ha insultado y menospreciado a congresales, gobernadores, funcionarios e incluso a presidentes y personalidades extranjeras, exhibiendo su poder, pero midiendo -según sus reacciones- lo que falta para derribarlo y denigrarlo en su opinión o fama. Esta forma de confrontar se asemeja al juego del gato con la rata, que finalmente termina devorándola.
Milei es el agregado de lujo al barro de la dirigencia política, hecho que impedirá aún más el ejercicio de la democracia del diálogo y la concertación y mucho menos el de la solidaridad que necesita nuestro pueblo, desquiciado por tantas mentiras y frustraciones, hoy soportando un verdadero martirio.
Sólo con los valores éticos y morales que expongamos los argentinos que amamos a Argentina se podrá enfrentar y derrotar este tremendo despotismo absurdo y cavernario, que aprovecha las divisiones entre argentinos, para someternos a la dependencia de potencias retrógradas, mientras Milei usa a Argentina como marco experimental para su sueño ultralibertario.
Por último, Milei viene a Córdoba mañana sábado 25 a un acto público frente al Cabildo. ¿Qué harán el Gobernador y la oposición dialoguista? Nadie se anima a predecir. Muchos menos lo que pasará con las organizaciones y entidades que realizaron la extraordinaria movilización en defensa de las universidades y la educación pública.
Frente a estos despropósitos que hoy irrumpen en Argentina, están expectantes los socios que, de alguna manera y en varios “negocios”, Milei logró plasmar con EEUU, Inglaterra, el sionismo y -últimamente- la ultraderecha europea.