La tenista rumana Simona Halep, de 32 años, podrá volver a jugar tras ser suspendida cuatro años por dopaje, en octubre de 2022.
Halep dio positivo por consumo de un estimulante prohibido, el roxadustat, un fármaco para la anemia, y la Unidad de Integridad del Tenis (ITIA) la castigó con aquella sanción.
La deportista negó haber usado roxadustat de manera intencional para mejorar su rendimiento: no aceptó la decisión y acudió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que admitió sus planteos y rebajó la pena a nueve meses.
La ganadora de 24 títulos individuales de la WTA -entre ellos, Roland Garros (2018) y Wimbledon (2019)- podrá volver a las canchas inmediatamente porque la exclusión de nueve meses se aplica al periodo comprendido entre el 7 de octubre de 2022 y el 6 de julio de 2023, según determinó el tribunal de Lausana.
El TAS concluyó que las violaciones de la mujer a la normativa antidopaje, detectadas en un control de orina efectuado en el US Open de 2022, no fueron intencionales pese a “cierto nivel de culpa y negligencia”.
Sobre la presencia del roxadustat, que atenta contra artículos 2.1 y 2.2 del programa antidopaje, el TAS aceptó el argumento de la contaminación. Es decir, dio por cierta la versión de Halep, quien alegó que el medicamento (que se comercializa como Evrenzo) entró en su cuerpo a través del consumo de un suplemento nutricional contaminado que tomó poco antes del 29 de agosto de 2022, cuando perdió en Nueva York contra la ucraniana Daria Snigur.
Demanda
Según informó la agencia Reuters a mediados de febrero, la tenista demandó al fabricante del suplemento Quantum Nutrition y le reclamó 10 millones de dólares.
Por lo pronto, sin ranking y partiendo desde cero, la mujer celebró la resolución del TAS. “Mi fe en el proceso fue puesta a prueba por las escandalosas acusaciones que se formularon contra mí y por los recursos aparentemente ilimitados que se alinearon en mi contra. No puedo esperar para volver al circuito”, declaró.