La Universidad Nacional de Rosario pidió al gobierno de Santa Fe que investigue la carga del líquido en los barcos que surcan el Paraná.
De la mano de la falta de legislación precisa y una demanda especial en ciertas áreas del planeta, el agua aparece como un nuevo recurso exportable.
Los envíos de agua al exterior empezaron a gestarse en la provincia de Santa Fe, con la carga de agua a granel en barcos que navegan el Paraná. Río Negro evalúa comercializar el fluido de vertientes o de sus ríos. “Si podemos recuperar los 900 metros cúbicos por segundo que estamos tirando en el mar, y encima nos pagan por eso, bienvenida la venta de agua a los chinos, japoneses, a los rusos y a los indios”, declaró Miguel Saiz, actual gobernador rionegrino.
El proyecto más serio es el de la provincia de Misiones. El titular de Aguas Misioneras Sociedad del Estado, Eduardo Galeano, dijo que la provincia comenzará a exportar parte de sus recursos hídricos. Y que avanzará con la venta de agua de lluvia, para lo cual está recibiendo la colaboración de especialistas de la Universidad Tecnológica Nacional.
“En unos cinco o seis años podremos ser una de las industrias más importantes de Misiones, con mano de obra calificada”, resaltó. El agua de lluvia “es muy bien valorada en Europa y Estados Unidos”, declaró el funcionariuo.
La venta de agua al exterior no es nueva. La compañía de comercio exterior Makhena, con sede en la calle Perú 666 de Capital Federal, llevó a cabo envíos entre 1983 y 1987, pero luego los desactivó por el encarecimiento del flete marítimo. Sin embargo, en su página web figuraba hasta hace poco, junto con el aceite de oliva, una oferta de agua dulce a granel.
El revuelo que empezó a causar la exportacion del líquido movió al Observatorio del Agua de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) a solicitar al gobierno santafesino que investigue la presunta carga de agua del río Paraná en buques cargueros por parte de empresas cerealeras. La entidad se basó en declaraciones públicas del titular de la CGT-San Lorenzo, Edgardo Quiroga, quien denunció que las firmas agroexportadoras de la zona embolsan hasta 4 millones de dólares anuales sólo por la venta de agua a los barcos que operan en los muelles locales.
La minería chilena
A fines de 2010 representantes del gobierno chileno hicieron llegar al argentino un pedido de suministro de agua a través de la cordillera de los Andes, para la minería.
El pedido obedeció a varios motivos. Uno es que los yacimientos mineros del norte chileno están en una zona donde los cursos acuíferos sufren la contaminación de minerales. De hecho, la ciudad de Antofagasta dispone de agua con niveles de arsénico muy superiores a los permitidos y su potabilización resulta muy onerosa.
Es por ello que las empresas mineras miran hacia Argentina y hoy existen al menos tres proyectos firmes para proveer a Chile de agua argentina:
• La minera australiana BHP Billiton elaboró un anteproyecto para construir un acueducto desde Salta para abastecer la mina Escondida.
• La japonesa Lumina Coppe preparó una iniciativa para llevar agua desde el río Salado, en La Rioja, hasta una mina de cobre en la Tercera Región, de Atacama, con un desierto considerado entre los más secos del mundo.
• En San Juan se elevó una propuesta para realizar un acueducto en la zona de Agua Negra y así proveer a las mineras de la región de Coquimbo.