La crisis entre Israel y Palestina disparó casi 5 puntos las cotizaciones ante amenazas de más hostilidades. Se mueve la demanda
El precio del barril de petróleo pegó un fuerte saltó este lunes en Nueva York después de los cruentos ataques por parte de milicianos del movimiento islamista palestino Hamas sobre el sur de Israel, que produjo una importante cantidad de muertos y de personas desaparecidas, en un conflicto que podría expandirse al resto de la región, ante la advertencia de Israel de lanzar nuevos ataques.
El barril de la variedad WTI subió 4,4% y se negoció en 86,40 dólares; mientras que el tipo Brent avanzó 4,2% y se pactó en 88,20 dólares, según cifras consignadas por el New York Mercantil Exchange (NYMEX).
Más de 1.400 personas han muerto desde que estallaron los combates entre Israel y los milicianos de Hamás durante el fin de semana, en un conflicto que tiene repercusiones potenciales en toda la región.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió este lunes que las represalias “apenas han comenzado y lo que le haremos al enemigo resonará a través de generaciones”.
Hamas, por su parte, dijo que mataría a los rehenes si escalan los ataques del ejército israelí.
Si bien el papel de Israel en el suministro mundial de petróleo es muy escaso, los sangrientos combates amenazan con implicar tanto a los Estados Unidos, Arabia Saudita como a Irán.
Irán se ha convertido en una fuente importante de crudo adicional este año, aliviando los mercados, a través de operaciones en el mercado negro, que de otro modo estarían en tensión, pero las sanciones estadounidenses adicionales a Teherán, como consecuencia del desarrollo de tecnología nuclear podrían limitar esos envíos.
Si el conflicto escala y abre un frente en el norte de Israel con los milicianos pro chiítas de Hezbollah, prohijados por Irán, que suministraron logística y armas a Hamas, los precios podrían escalar en cuestión de horas.
De la misma manera, cualquier represalia contra Teherán, en medio de informes que ayudó a planificar los ataques, podría poner en peligro el paso de buques a través del Estrecho de Ormuz, una vía estratégica para la salida de crudo hacia el mundo desde los principales yacimientos de las naciones árabes.
En tanto, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) elevó este lunes su pronóstico de demanda mundial de petróleo a mediano y largo plazo, diciendo que se necesitan 14 billones de dólares en inversiones, para satisfacer ampliar la oferta, a pesar del aumento del uso de combustibles renovables.
Un aumento continuo del consumo durante otra década o más daría mayor impulso a la OPEP.
El secretario general de la OPEP, Haitham Al-Ghais, escribió que “los acontecimientos recientes han llevado al equipo de la OPEP a reevaluar lo que cada tipo de energía puede lograr y los llamados a dejar de invertir en nuevos proyectos petroleros son engañosos y podrían conducir al caos en los sectores energético y económico”.
Al-Ghais estimó que el volumen de inversiones necesarias en el sector petrolero ronda los 14 billones de dólares hasta 2045, frente a los 12,1 billones de dólares estimados el año pasado.
La OPEP espera que la demanda mundial de petróleo alcance los 116 millones de barriles diarios para 2045, alrededor de seis millones de barriles diarios más de lo que se esperaba en el informe del año pasado, mientras que China, India, otros países asiáticos y países de África y Oriente Medio encabezarán la demanda.
Al-Ghais fue enfático y dijo que “la acción climática no debe realizarse a expensas de la seguridad energética global. Está claro que durante el año pasado hemos visto a personas expresar su preocupación por los costos y beneficios reales de los objetivos de cero emisiones y desafortunadamente, hay quienes siguen promoviendo conversaciones muy peligrosas sobre la exclusión del petróleo, diciendo que (la demanda de petróleo disminuirá en 25 millones de barriles por día para 2030)”.