La iniciativa prevé una reducción de 15% del pago de Ganancias. Cuando se trate de micro, pequeñas y medianas, la merma será de 25%
La diputada nacional Sofía Brambilla (PRO-JxC) promovió nuevamente un proyecto de ley de su autoría que propone generar un régimen de fomento y desarrollo de las empresas de triple impacto (o Empresas B); es decir, de las que con sus modelos de negocio, políticas, prácticas y gestiones busquen generar cambios positivos y contribuir a la solución de problemas sociales y ambientales, con foco en un desarrollo sostenible e integral.
Sello
La iniciativa prevé que las firmas inscriptas como de triple impacto gozarán de una reducción del 15% del pago del impuesto a las Ganancias y que cuando se trate de micro, pequeñas y medianas empresas la merma será del 25%.
Asimismo, contempla que las comunidades en las que se establezcan las compañías de triple impacto podrán fijar los beneficios fiscales que consideren pertinentes. “Serán empresas con propósitos que vayan más allá de lo lucrativo”, resaltó la diputada oriunda de Corrientes.
Brambilla reiteró que su iniciativa -que presentó por primera vez en julio de 2022- busca crear el denominado “sello empresa de triple impacto”, que será otorgado por la autoridad de aplicación, garantizará el cumplimiento de los estándares mínimos y podrá ser utilizado con fines publicitarios y comerciales.
“Sistema B”
Cabe recordar que el llamado “Sistema B” promueve la transición de las compañías hacia economías sustentables y que Argentina alcanzó el hito de 200 empresas de ese tipo certificadas, casi el 20% de las de América Latina, detrás de Brasil y Chile.
Para registrarse como Empresa B las exigencias son estrictas. Además de elevar su propósito de lucro y equilibrar los intereses con los accionistas y todos los actores involucrados -consumidores, inversores, trabajadores y otros- formadores de opinión, reguladores–, las firmas deben dedicarse a la creación de valor mensurable para la sociedad y el planeta, de corto y largo plazo, de lo local a lo global.
Los estatutos societarios persiguen una nueva base de competitividad que aporte al bien común y que contempla aspectos tales como inclusión de personas con vulnerabilidades en el mercado; regeneración de ecosistemas degradados e integración social a través del desarrollo tecnológico.
Entre otras particularidades, la empresas B atraen talentos; especialmente, a jóvenes que buscan un sentido para su trabajo, en línea con sus valores.
Hay organismos a nivel mundial que certifican y avalan las prácticas sustentables de las firmas de triple impacto. A través de auditorías periódicas, verifican que las acciones de las marcas se alineen a los tres ejes o pilares (social, ambiental y económico) a los cuales se comprometieron al postularse.
Así, se someten a una evaluación integral de su sustentabilidad y realizan enmiendas a sus herramientas de gestión legal.
Córdoba
En agosto pasado, la fábrica cordobesa Pinturas Paclín certificó como Empresa B y se convirtió en la primera del rublo en lograr ese paso a nivel global.
Para obtener la certificación, Paclín llevó adelante un un proceso de “sensibilización cultural” durante cuatro años, y los últimos dos años motorizó una transformación profunda.