ESCUCHARLo hacen por temor al desabastecimiento. El Índice de Producción Industrial que elabora CAME, con una muestra de 404 firmas a escala federal, indicó también que continúa la desaceleración de los pedidos de producción
En junio, la industria manufacturera pyme se desaceleró y cayó 0,9% -con relación a mayo- y 0,6%, en comparación con junio de 2022.
Ese descenso se enmarca en la tendencia que comenzó en diciembre último, aunque la industria pudo cerrar el primer semestre de 2023 con un crecimiento de 1,2% en comparación con el del año pasado.
Los datos surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP), que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), con una muestra de 404 firmas a escala federal.
El documento indica que -pese a que las subas de precios se moderaron el mes pasado- las industrias pymes reportaron desaceleración en los pedidos de producción; principalmente, por la merma del poder adquisitivo.
También precisa que un fenómeno que ocurre en algunas ramas industriales es la sobreacumulación de stocks de insumos, por temor al desabastecimiento -y, como consecuencia, a gastos extraordinarios y más costos logísticos-, lo cual genera menor liquidez financiera y postergación de inversiones en maquinarias o reparaciones.
Problemas
El sector pyme ya apuntó a los problemas con los insumos a fines de mayo.
El IPIP de la CAME informó que la aceleración de la inflación generó más dificultades para conseguir insumos y que 58% de las consultadas citó faltantes y demoras en las entregas.
En ese sentido, explicó que los proveedores cortaron financiamiento, priorizaron a clientes con liquidez inmediata, subieron precios preventivamente o directamente no entregaron mercadería a la espera del “techo” del dólar.
En tanto, la Unión Industrial Argentina (UIA) difundió los resultados de una encuesta a fabriles que hizo para relevar sus expectativas para los próximos meses y seguir del efecto de las últimas medidas y novedades macro; entre ellas, la crisis cambiaria de la segunda mitad de abril.
La UIA precisó que a raíz de la suba abrupta de los dólares financieros nueve de cada 10 empresas tuvieron problemas para conseguir insumos y se vieron afectadas por las tensiones cambiarias registradas en las cotizaciones paralelas.
Consignó también que 86% de las encuestadas manifestó que tuvo que afrontar subas en los precios de lista de sus proveedores; que 74% también aseveró que no había coste de algunos insumos y que una porción menor (62%) dijo que directamente experimentó suspensiones en la distribución.
Corto plazo
El sondeo advirtió que había un “clima de incertidumbre” y “dificultades en el corto plazo para las empresas asociadas a la disponibilidad de insumos, la suba de costos y el entorno macroeconómico general”.
Semanas antes, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, aseguró que no faltaban insumos para la industria y en su cuenta de Twitter desmintió al presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham), Facundo Gómez Minujin, quien en el marco de un encuentro de la entidad dijo que la escasez de divisas para abastecer los requerimientos de las importaciones, el comercio administrado y el ingreso a cuentagotas de insumos para la normal producción estaban llevando al país “al borde de una nueva crisis”.
Tombolini afirmó que “la supuesta falta de insumos” no se reflejaba en el comportamiento estimado del EMAE (actividad económica) para el primer trimestre del 2023 ni del PBI 2022.
Entidades empresariales
Horas atrás, la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la UIA, el Foro de Convergencia Empresarial y la Bolsa de Comercio de Córdoba fustigaron las últimas medidas económicas que motorizó el Gobierno y alertaron que afectará la producción.
En un comunicado titulado “Más impuestos no es el camino”, la AEA se quejó por el incremento de la presión tributaria; esta vez, según indicó, “con medidas que impactan sobre la competitividad de las exportaciones y generan costos retroactivos sobre importaciones ya pautadas”.
AEA sostuvo que las recientes decisiones, que implican “la creación discrecional de nuevos impuestos omitiendo la participación del Congreso Nacional”, generan “enorme preocupación en el mundo empresario”.
“El sector formal de la economía soporta una presión fiscal altísima y es urgente trabajar para reducirla. Solo así se generarán las condiciones para un desarrollo económico y social sustentable”, reiteró la organización que nuclea a las firmas más importantes del país.
Por su parte, la UIA aseguró que aquéllas limitan aún más el acceso a insumos necesarios para la industria y el Foro de Convergencia Empresarial -que agrupa a más de 60 cámaras empresariales y asociaciones profesionales- las definió como un “nuevo bloque de cemento” que se agrega al “peso del Estado”.
Presupuesto equilibrado
En esa línea, el Foro de Convergencia Empresarial pidió un presupuesto equilibrado, votado por el consenso de las distintas fuerzas políticas. “Es hora de que abandonemos la improvisación y la discrecionalidad y trabajemos en las soluciones de fondo de problemas que arrastramos desde hace años. Estamos llamados a aprovechar una nueva oportunidad que el mundo nos ofrece en los próximos años. No la perdamos nuevamente”, expresó.
“Los anuncios de estos últimos días, que esperamos sean de carácter transitorio producto de la escasez de divisas, afectarán la actividad, con fuerte impacto en las pymes, a partir de una mayor presión fiscal al sector productivo, mayores costos y pérdida de competitividad para la exportación. Resulta fundamental evitar el sesgo antiexportador y las distorsiones de precios que generan estos esquemas que impactan aleatoriamente en las cadenas de valor”, destacó.
“La Argentina debe contar con un plan macroeconómico a mediano y largo plazo. Para ello resulta muy importante lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que dé previsibilidad a los compromisos externos y a la administración de las reservas internacionales. Argentina atraviesa una coyuntura macroeconómica compleja, con dificultades que se acumularon en los últimos años (restricción de divisas y reducidas reservas internacionales, elevada inflación, déficit fiscal y restricciones de financiamiento tanto local como internacional). Sumado a este panorama adverso, la fuerte sequía que atravesó el sector agrícola afectó severamente las proyecciones económicas para el año, tanto por el impacto (directo e indirecto) sobre la actividad, como por la caída sobre las exportaciones y la recaudación”, agregó.
Bolsa de Comercio
La Bolsa de Comercio de Córdoba también expresó su preocupación y definió a las nuevas medidas -incluido el nuevo anticipo del impuesto a las ganancias de las empresas- como “parches mínimos que aumentan la presión tributaria y están muy lejos de resolver las fenomenales distorsiones de precios relativos que enfrentan quienes producen en nuestro país”.
“La actual situación, causada principalmente por los desaciertos económicos del gobierno, es muy grave: inflación por encima del 120% anual, pobreza arriba del 40% y una escasez abrumadora de reservas internacionales en el Banco Central”, resaltó.
Además, estimó que la administración de Alberto Fernández dio “una muestra más de que su principal objetivo es ‘patear’ para adelante los problemas sin mostrar ninguna intención de resolverlos” y pidió terminar con el “intervencionismo del Estado”.
“Nuevamente el gobierno, con estas medidas, rehúye de las correcciones que los mercados le señalan, desafiando las leyes de la economía. Algo que vienen realizando desde hace ya un tiempo, lo que significó llegar a esta crítica situación. La devaluación encubierta, lograda vía regímenes especiales para algunas exportaciones y nuevos impuestos a las importaciones, está muy lejos de corregir la enorme brecha cambiaria. En consecuencia, el Banco Central continuará perdiendo reservas internacionales que ya están en un mínimo histórico”, concluyó.
