El economista Fernando Marull publicó un hilo explicando por qué el actual nivel de reservas internacionales es un problema para Argentina, amenazando el futuro inmediato de todos los ciudadanos.En un breve hilo desarrolló las ideas centrales de su planteo respecto a las debilidades que genera el hecho de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) haya ingresado al delicado espacio de tener reservas netas negativas.
En primer lugar desgranó la composición de las reservas del país, que están conformadas por dos millones de Onzas de Oro que valen casi 4.000 millones de dólares, US$18 mil millones de yuanes del swap con China, 1.700 millones de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional, algo así como la moneda del FMI, que podrían vender en el caso de creerlo necesario, y dólares, casi US$9.000 millones.
El problema es que el BCRA debe más de lo que tiene, es decir que tiene pasivos que involucran a los depositantes (a quienes les debe US$11 mil millones por encajes), a los bancos (Sedesa, a quienes les debe US$ 1.900 millones, y al BIS, otros US$3.000 millones) y a China ( a la que le debe 18 mil millones de dólares, por los que tiene que pagar 6.5% anual si los usa).
De este modo el BCRA tiene Reservas Brutas (activos) por 33 mil millones de dólares, pero debe (pasivos) por US$34.500 millones, lo que significa que tiene Reservas Netas “negativas” por US$1.450 millones.
Lo que preocupa al economista es el origen de esas reservas que el BCRA “pierde todos los días”. Descartada la venta de oro y DEG -al menos por ahora-, quedan los yuanes (en una proporción mayor, de más dependencia respecto a China) y los dólares, que salen de los depósitos.
Ante esta situación, el miedo “lógico” es que se consuman los dólares de los depósitos de la gente, aumente enormemente la deuda con China, se arregle un nuevo trato con el Fondo (con el textual “le van a llorar al FMI para que tire un hueso”).
En un escenario complejo, concluye el economista, lo prudente es tratar de unificar el tipo de cambio para evitar el colapso.