En una lánguida serie de cuatro tweets, el ministro de Economía aseguró que van a “usar toda las herramientas del Estado para ordenar esta situación y, en ese sentido, notificamos al FMI de las restricciones que pesaban sobre la Argentina y que vamos a cambiar en la rediscusión del programa”.
Asimismo, mencionó que van a recurrir a la Justicia Penal Económica para la “investigación y el esclarecimiento de algunos comportamientos”, así como a “la UIF y a la CNV para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero”.
“Paralelamente vamos a seguir con los acuerdos de multilaterales, exportadores con transformación de exportaciones a yuanes y el acuerdo de desembolso con el FMI para refortalecer las reservas que por el impacto de la sequía se vieron perjudicadas”, cerró.
Fondo Monetario Internacional
De esta manera el acuerdo con el FMI negociado por Martín Guzmán está virtualmente caído, según reportan algunos periodistas. De este modo, Argentina entraría en una nueva zona de turbulencias, donde debería establecer un nuevo acuerdo con el organismo, donde se definan nuevos objetivos y términos para conseguir el financiamiento necesario para subsistir los cuatro largos meses que faltan hasta las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO).
El Fondo reconoce que la sequía ha generado pérdidas multimillonarias que impactan en la economía local como nunca antes en la historia, con volúmenes de caídas en las exportaciones que “nadie imaginó durante enero y febrero”. El gobierno argentino ha estimado que la pérdida llegó a US$14.000 millones, mientras que el FMI estima que faltarán US$9.000 millones en concepto de exportaciones con su consecuente impacto fiscal. La discusión sobre esta brecha continuará, ya que es un tema importante que pone un número al desastre, un valor central en lo que respecta a la capacidad del Gobierno para hacer frente a la delicada situación cambiaria.
Apoyo presidencial
Casi una hora después de publicado el hilo de Massa, el Presidente subió el propio para apoyar al ministro y ratificar el trabajo en conjunto. “Con el ministro @Sergio Massa estamos trabajando consustanciados para enfrentar este escenario”, rezaba el tweet, con un lenguaje más político.
“Asistimos a una práctica permanente de la derecha argentina. Primero instalan rumores a la mañana, luego operan durante todo el día y cuando termina la tarde, retiran su rentabilidad del mercado cambiario y lastiman el ahorro de las argentinas y argentinos. No es novedad, siempre lo han hecho. Se han ido al exterior a hablar en contra de los Gobiernos populares y ahora lo hacen otra vez, pidiendo que nos corten el crédito y que nos exijan más ajuste sobre el pueblo. Esta historia ya la hemos vivido y volveremos a superarla. Alguna vez, la derecha debería pensar en la Argentina, en quienes viven y trabajan en este país, antes que en sus negocios e intereses políticos”, dijo Fernández y ratificó que, con Massa, están “trabajando consustanciados para enfrentar este escenario”.
El presidente asume formalmente el rol de comentarista de la realidad al que ha quedado relegado tras su paso al costado, incapacitado de llevar certezas o tranquilidad a los argentinos, embanderádose en una explicación sectorial e ideologizada sobre las razones del actual descalabro macroeconómico.