Por Luz Saint Phat / [email protected]
Una investigación sobre la temática revela cómo la utilización excesiva de las plataformas digitales puede tener efectos psicológicos negativos en la adolescencia y la juventud
Con cada vez más frecuencia, el mundo académico indaga sobre cómo el uso de las redes sociales puede afectar diferentes aspectos de la vida cotidiana y – en muchas ocasioenes- tener efectos negativos en la salud física y mental.
En esta línea, una investigación reseñada recientemente por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) explicó cómo la utilización de estas plataformas digitales puede afectar la autopercepción corporal que tienen adolescentes y jóvenes.
Según los hallazgos de este estudio, las personas de este tramo etario que redujeron su uso de las redes sociales en 50% durante sólo unas pocas semanas vieron una “mejora significativa en cómo se sentían acerca de su peso y su apariencia general en comparación con sus compañeros que mantuvieron niveles constantes de uso de las redes sociales”.
“La adolescencia es un período vulnerable para el desarrollo de problemas de imagen corporal, trastornos alimentarios y enfermedades mentales”, dijo el autor principal, Gary Goldfield , en una nota de prensa de la entidad. El académico se desempeña en el Instituto de Investigación del Hospital Infantil del Este de Ontario.
Además, el especialista detalló que “los jóvenes pasan, en promedio, entre seis y ocho horas por día en las pantallas, gran parte de ellas en las redes sociales”, y que estos entornos digitales “pueden exponer a los usuarios a cientos o incluso miles de imágenes y fotos todos los días, incluidas las de celebridades y modelos de moda o fitness, lo que sabemos conduce a una internalización de los ideales de belleza que son inalcanzables para casi todos, lo que resulta en una mayor insatisfacción con el cuerpo. peso y forma”.
No obstante, el investigador también aclaró que gran parte de los estudios psicológicos sobre las redes sociales, la imagen corporal y la salud mental son correlacionales por lo cual todavía existe un largo camino por recorrer para comprender “si las personas con problemas de imagen corporal y salud mental pasan más tiempo en las redes sociales o si el uso de las redes sociales conduce a una mayor imagen corporal y problemas de salud mental”.
Estudio
En detalle, Goldfield y sus colegas realizaron previamente a la investigación general un estudio piloto con 38 estudiantes universitarios con niveles elevados de ansiedad y/o depresión.
A algunos de los participantes se les solicitó que limitaran su uso de las redes sociales a no más de 60 minutos por día, mientras que a otros se les permitió el acceso sin restricciones. “En comparación con los participantes que tenían acceso ilimitado, los participantes que restringieron su uso mostraron mejoras en la forma en que consideraban su apariencia general (pero no su peso) después de tres semanas. Sin embargo, debido al pequeño tamaño de la muestra, los investigadores no pudieron realizar un análisis significativo del efecto del género”, explicó la misiva de APA.
Por eso, el experimento central involucró a 220 estudiantes universitarios de 17 a 25 años (76% mujeres, 23% hombres, 1% otros) y los hallazgos fueron publicados en la revista Psychology of Popular Media.
Para calificar, los participantes tenían que ser usuarios habituales de las redes sociales (al menos dos horas al día en sus teléfonos inteligentes) y mostrar síntomas de depresión o ansiedad.
Según explicó la asociación en su comunicado, durante la primera semana del experimento, se instruyó a todos los participantes para que usaran sus redes sociales como lo harían normalmente.
Mientras, el uso de las redes sociales se midió utilizando un programa de seguimiento del tiempo de pantalla al que los participantes proporcionaron una captura de pantalla diaria. Más adelante, después de la primera semana, se instruyó a la mitad de los participantes para que redujeran el uso de las redes sociales a no más de 60 minutos por día.
Además, en el comienzo del experimento, los jóvenes y adolescentes también respondieron a una serie de afirmaciones sobre su apariencia general en una escala de 5 puntos, donde 1 indica “nunca” y 5 “siempre”. Vale señalar que un formulario similar fue completado al finalizar toda la instancia experimental.
Finalmente, durante las siguientes tres semanas, las personas redujeron su uso de las redes sociales en aproximadamente 50%, a un promedio de 78 minutos por día en comparación con el grupo de control, que promedió 188 minutos de uso de las redes sociales por día.
Según se constató en los resultados, quienes limitaron su acceso a las plataformas “tuvieron una mejora significativa en la forma en que consideraban tanto su apariencia general como su peso corporal después de la intervención de tres semanas, en comparación con el grupo de control, que no experimentó cambios significativos”.
Así, Goldfield concluyó que limitar el acceso a estos entornos virtuales puede ser un método factible “para producir un efecto positivo a corto plazo en la imagen corporal entre una población vulnerable de usuarios y debe evaluarse como un componente potencial en el tratamiento de los trastornos relacionados con la imagen corporal”.