viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El BCRA subirá las tasas de interés para tratar de contener la suba de precios

PESCE. El titular del BCRA volvió a mover la tasa de política monetaria.
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Después de conocerse que el dato de la inflación de febrero se ubicó en 6,6%, el Central resolvió, después de seis meses sin movimientos, subir tres  puntos las tasas de interés de los plazos fijos y de las Leliq en un intento por absorber pesos para frenar la inflación. A partir de la decisión ambas tasas de interés subirán a 78% nominal anual.

Así, la Tasa Efectiva Anual (TEA) implícita en estas tasas anuales es de 112,98% para el caso de los depósitos a plazo fijo a 30 días y de 113,2% para las Leliq a 28 días.

Del mismo modo, el nuevo rendimiento mensual de los depósitos a plazo fijo pasa a ser de 6,5%, prácticamente en línea con la inflación de febrero. En ambos casos, se sitúan en términos positivos en relación con la inflación pasada, que en los últimos 12 meses llegó a 102,5%, de acuerdo con el Indec. Esta decisión tiene que ver con el acuerdo existente con el FMI, el corset en el que se encuentra actualmente el gobierno.

¿Sirve la medida?

La duda que se suscita en distintos actores de la economía argentina es si esto será suficiente para contener la inflación, a partir del recorrido que ha hecho hasta aquí el gobierno, las proyecciones de la sequía, la abultada deuda en pesos y un ajuste fiscal que no alcanza los niveles que se estiman necesarios.

Tal como esperaba gran parte del mercado, se trata de un alza moderada, ya que muchos analistas esperaban que el ajuste de este jueves fuera superior dado el dato de inflación de febrero.

Así lo confirmó al diario Ámbito Financiero el economista y director de EcoGo Sebastián Menescaldi, quien señala que “la suba se ubica en el límite inferior de lo que esperaba el mercado y está empatando a la inflación”. Y es que el rendimiento mensual que pasa a garantizar el plazo fijo desde ahora está apenas alcanzando a cubrir el dato del IPC de febrero.

Así, para Menescaldi, se trata de un ajuste que lo que busca es cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió una tasa real positiva para realizar los desembolsos previstos.

Tres factores clave

Santiago Manoukian, jefe de investigación en Ecolatina, apuntó a tres principales factores “potencialmente desestabilizantes”, según publicó el sitio Bloomberg Línea.

En primer lugar identificó el frente de los pesos, con amplios vencimientos de deuda; por otro, el de los dólares, ante la escasez de divisas en el stock de reservas, lo cual fue agudizado por la sequía. A ello se debe sumar la necesidad de evitar una nueva disparada de la inflación. “Una aceleración inflacionaria genera mayores presiones para acelerar el movimiento de tipo de cambio y tasa de interés. Eso vuelve el escenario más inestable”, sostuvo.

El economista remarcó que el equipo dirigido por Sergio Massa, “reforzó el rol de la tasa de interés dentro de la política económica, apuntando a rendimientos reales positivos, no solamente porque está acordado con el FMI, sino porque es una clave para contener las presiones inflacionarias y evitar un salto discreto del tipo de cambio oficial y tener contenida la brecha cambiaria”.

Manoukian expresó que subir la tasa tiene un efecto típico, al encarecer el crédito al consumo y la inversión desalentando el crédito, lo que puede contribuir a enfriar la actividad económica, la demanda y la velocidad a la cual se mueven los precios. Sin embargo, el BCRA decidió buscar que el impacto no sea tan fuerte en este sentido, al dejar sin cambios las tasas la de la línea de inversión productiva (para las empresas) y la de tarjetas, que son una gran fuente de financiamiento para las familias y que quedaron sin cambios, con el ojo puesto en el año electoral.

Deuda en pesos

Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica, consideró que luego de que se informara el dato de febrero, que implicó una inflación núcleo en 7,7%, “el Banco Central debería subir la tasa para mejorar la tasa real contra la inflación esperada, pero, sobre todo, para compensar presiones en la brecha cambiaria frente a la expectativa de un crawling peg del tipo de cambio oficial que puede viajar por debajo de la inflación en el margen”.

“No es una herramienta del todo útil, dado el deterioro del balance del Banco Central ante la emisión monetaria endógena asociada al pago de intereses de los pasivos remunerados de la autoridad monetaria y el problema de credibilidad”, apuntó. Frente a ese escenario, Furiase opinó que “la herramienta de la tasa queda corta para romper una inercia inflacionaria muy arraigada y anclar expectativas”.

Por su parte, para el analista financiero y de negocios Salvador Di Stéfano, la suba de la tasa de las LELIQ es un dato preocupante porque “se incrementan los pasivos monetarios en un contexto en el que es muy probable que las reservas del BCRA sigan chatas”. Y, en ese sentido, advierte que habrá que seguir muy de cerca qué efecto tiene esto en la brecha cambiaria. El problema es que los pasivos de la entidad son un gran cartel de “alerta”, hoy, en el balance del regulador financiero y esta suba de tasas de las LELIQ lo perjudicaría aún más.

El BCRA-bot de Twitter comparte diariamente estadísticas sobre el Banco Central. En un twit de ayer sobre las LELIQ remarcó que el stock total es de $10,13 billones, que representa 1,92 veces el monto de la base monetaria y juntas suman $15,42 billones. Según señala, con la tasa efectiva actual (107.35%), los intereses generan una base monetaria nueva cada 178 días, por lo que de mantenerse el ritmo cabría esperar que la base monetaria se triplique para fin de año.

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