Lisboa, 30 de mayo de 1969. El más grande líder de los socialistas portugueses, Mario Soares, y el entonces máximo responsable del Partido Socialista Interior (PSI) español –después Partido Socialista Popular-, Enrique Tierno Galván, firmaron un acuerdo clandestino con el objetivo derrocar las dictaduras de Francisco Franco Bahamonde y de António de Oliveira Salazar.
Ese encuentro fue, además, la piedra basal de un sueño libertario, acariciado por muchos desde comienzos del siglo XX: impulsar y forjar la construcción de un socialismo progresista, democrático y europeísta capaz de derrotar para siempre los nacionalismos, gestores de todas las guerras que ha padecido la humanidad.
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