En Córdoba, las mujeres del sector profesional siempre con brecha negativa de ingresos respecto a los varones, condiciones precarias en los trabajos y mayores dificultades financieras
Nuevos datos evidencian más vulnerabilidades en las mujeres profesionales de la provincia. En el marco del Día de la Mujer, se divulgaron los resultados de la investigación Condiciones de trabajo y capacidades financieras del sector profesional en Córdoba, realizada a partir de un relevamiento hecho a más de 4.600 personas, entre mayo y julio pasados, por el Observatorio de la Federación de Profesionales Universitarios de Córdoba (Fepuc) con la participación de la asociación Mujeres de Economía y Finanzas de Córdoba (Meyfin). Los resultados muestran situaciones preocupantes:
1. Sostenida brecha de ingreso en perjuicio de las mujeres. Ellas perciben 34% menos ingresos que los varones -en promedio-, y la diferencia sube a 36% cuando trabajan en el sector privado. Esta brecha se refiere a la diferencia en los ingresos totales. El dato tiene relación directa con la imposibilidad femenina para lograr trabajar más de nueve horas diarias.
Para el caso de las profesionales que ejercen como independientes, sus ingresos son además 25% inferiores a los de quienes están en relación de dependencia.
2. Condiciones más vulnerables. A diferencia de los varones, las profesionales se contratan bajo condiciones laborales más vulnerables, como locación de servicio, trabajo informal, bajos ingresos.
Tres de cada 10 mujeres (29%) se ubican en el quintil de ingresos más bajos del sector, mientras que solo uno de cada 10 varones (12%) está en ese segmento. Ellas tienen “menos posibilidades para negociar honorarios”, admitió 37% de las encuestadas.
3. Relación de dependencia encubierta. El modo de contratación bajo locación de servicio pero cumpliendo horarios y normativas ocurre con mayor frecuencia entre las mujeres profesionales. Quince por ciento de ellas está en esta condición; en el caso de varones, 6%. Este trabajo se lo considera precario porque estas personas están obligadas a cumplir las mismas reglamentaciones que quienes están en relación de dependencia pero no tienen derecho a vacaciones, aguinaldo, licencias por maternidad, etcétera.
4. Monotributistas con bajos ingresos. En el sector profesional, la mayoría de profesionales independientes es monotributista (87%). En el caso de las mujeres, 38% está registrado en las categorías más bajas (A o B), lo que demuestra mayores perjuicios en el segmento de trabajadoras profesionales independientes.
5. Seguridad social lejana. Las mujeres independientes realizan mayor esfuerzo para costear por sí solas aportes jubilatorios, obra social y seguros, entre otros.
6. Marcada brecha de género en la situación financiera. La mayor proporción de mujeres en los estratos bajos de ingresos genera también una disparidad de género en cuanto situación económica, capacidad de ahorro, conocimientos y hábitos financieros.
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